Revista de la Misa Arquidiocesana 2015: Campaña Solidaria

Como todos los años, cada comunidad organiza la Campaña Solidaria “10$ para cuidar la vida”. Todo lo recaudado se reúne en la Misa Arquidiocesana de Niños será destinado al “Hogar Amparo Maternal y Jardín Brotecitos” (Vicaría Belgrano).


Revista Misa Arquidiocesana 2015: Editorial

“Con Jesús, cuidemos nuestra casa común…”

El Papa Francisco nos ha regalado una nueva Encíclica: “Laudato sí”, “Alabado seas, mi Señor”. Palabras de San Francisco de Asís en su bellísimo Cántico de las Creaturas. El Papa nos invita a alabar a Dios por la maravillosa obra de la creación, este mundo y esta tierra que Dios nos ha regalado. Pero también nos hace reflexionar por el maltrato que le damos a la naturaleza. Esta “hermana tierra”, como la llamaba San Francisco, hoy es dañada y de una manera inexorable, de tal manera que el daño producido en muchas zonas de nuestro planeta ya es irreparable.
“Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.
Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que « gime y sufre dolores de parto » (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura” (Laudato si, 2).

Cada uno de nosotros vive en una casa, gracias a Dios, y tratamos de cuidarla, limpiarla, arreglarla cuando algo se rompe. ¿Qué sería de nuestra casa si viviéramos en la mugre o estuviera a punto de caerse? Tendríamos que hacer algo urgente. De la misma manera debemos, ¡sí debemos! cuidar nuestra casa común, nuestra tierra, y en esta casa común viven los más pobres, a ellos les cae la peor parte de nuestro planeta, lo que sobra y ya no sirve, los peores barrios, la peor comida, la peor salud, el agua contaminada, el aire viciado. Si bien en muchas partes del planeta hay personas y asociaciones que tratan de revertir el daño material y social de este maltrato, todavía queda mucho por hacer.

Algunas citas de la Encíclica para que reflexionemos junto a nuestros niños:

“Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería” (4).

 No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada” (15).

“Es evidente la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas” (17).

“Cuando no se reconoce el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad; difícilmente podremos escuchar los gritos de la naturaleza” (23).

“¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan? Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá” (34).

“La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” (44).

“Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir” (45).

 “Un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social. Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas” (46).

 “La sobriedad que se vive con libertad y conciencia es liberadora” (48).

“Los sacramentos son un modo privilegiado de cómo la naturaleza es asumida por Dios y se convierte en mediación de la vida sobrenatural: el agua, el aceite, el fuego y los colores son asumidos con toda su fuerza simbólica y se incorporan en la alabanza” (49).

 “María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido” (50).



Nos preparamos para la Misa Arquidiocesana de Niños y en nuestras comunidades nos tenemos que disponer interiormente para celebrar juntos nuestra fe en Jesús y en la Iglesia. Este año vamos a comprometernos en cuidar esta casa común que nos ha dado Jesús como tarea. Nos encontramos entonces en el Luna Park…como siempre!!!

Revista de la misa Arquidiocesana 2015: Formación

Alabado seas mi Señor


«Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. Este hermoso cántico nos recuerda que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba»[1](Laudato si’ 1).
Nuestra casa común clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.
Entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). (Cf. Laudato si’ 2).
 Nada de este mundo nos resulta indiferente por eso el Papa Francisco frente al deterioro ambiental global, se dirige a cada persona que habita este planeta para entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común.
Al desarrollar la encíclica el Papa acude a San Francisco como el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior. (Cf. Laudato si’ 9. 10).
Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin la apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo.
La pobreza y la austeridad de san Francisco no eran un ascetismo meramente exterior, sino algo más radical: una renuncia a convertir la realidad en mero objeto de uso y de dominio. (Cf. Laudato si’ 11).
El mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza. (Cf. Laudato si’ 12).
El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, porque tenemos la certeza que las cosas pueden cambiar.
El Papa Francisco nos hace una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta.  Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. (Cf. Laudato si’ 14).
La Carta encíclica LAUDATO SI’, que se agrega al Magisterio social de la Iglesia, nos ayuda a reconocer la grandeza, la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta. (Cf. Laudato si’ 15).




[1] Cántico de las criaturas: Fonti Francescane (FF) 263.

Revista de la misa Arquidiocesana 2015: Colegios

Para rezar a la entrada o salida del colegio


Proponemos que tengan alguna imagen de un paisaje- el mismo los 5 días o uno lindo distinto al anterior  cada día. Si se pudiera, resaltando lo que se resalta en nuestra oración.

1ª Día Una prueba de su maravilloso Amor
Leemos (Gn. 1,1; 11;  24; 27; 29-30;  2, 1- 3)
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. Dios dijo: «Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas». Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces dijo: «Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro». Y así sucedió. Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie». Y así sucedió. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde». Y así sucedió. Así fueron terminados el cielo y la tierra y todos los seres que hay en ellos.”

 (Podemos sacar imágenes de una caja de regalo, envuelta y decorada con un hermoso moño y papel llamativo. Si no tuvimos el tiempo para hacerlo es mejor que las imágenes aparezcan con sencillez de nuestra mano o de  adentro de un sobre)
Dios Padre, Creador de nuestro planeta y del Universo, hizo todo con Amor, hizo todo con detalles que nos muestran la delicadeza y la grandeza de ese Amor.
Pensemos en la belleza de un paisaje y de un ambiente que tiene determinados animales y plantas para ese lugar, diferente a la belleza y autenticidad de otro. (Puede ser un o terrestre y otro acuático, por ejemplo) Igualmente bello, pero único. Pensemos en diferentes adaptaciones de los seres vivos. La maravilla de los canguros que llevan y alimentan su cría dentro de esa bolsa y lo hacen a la perfección. O de las plantas que para defenderse tienen el mecanismo de expedir un olor fuerte que genera temor en sus depredadores o, también en el sapo vientre de fuego que se muestra rojo sangre cuando se interpone una amenaza y así las asusta y ahuyenta…. O la lámpara que poseen unos seres que habitan las oscurísimas profundidades oceánicas
Ni qué hablar de la maravilla que es el sol, como fuente de vida y de calor para todos los seres de este planeta…. Y la maravilla del funcionamiento del organismo humano, por ejemplo, ante un embarazo. Todo lo pensó Dios. Todo lo pensó y lo concretó  de un modo maravilloso. Todo lo soñó y, al concretarlo, nos lo regaló. Para que gustáramos de cada detalle. Y, nosotros al mirar tanta maravilla, no podemos más que dar gracias a Dios por tanto Amor. Porque no es un regalo comprado a las apuradas. Porque no es algo que tenía en su casa y nos lo entrega para no quedar mal. Es un regalo artesanal, lo hizo para nosotros, cada cosa con su detalle, hecho y pensado con dedicación para todos los seres que habitamos el planeta, y en especial para los seres humanos creados a su imagen y semejanza. Dios nos hizo a cada uno con dedicación y Amor y nos creo también esta hermosa Casa Común al que llamamos planeta para que viviéramos allí felices.
Por eso los invitamos ahora a cerrar los ojos, recordar alguna maravilla de la naturaleza. Si son más, también dejo  a esas imágenes que vengan a mi mente y a mi corazón y agradecemos al Padre por la maravilla de la Creación diciendo 3 veces “Alabado sea mi Señor”…

2ª Día  Jesús, otro regalo para nosotros
Leemos ( Jn 3,16)
“Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera”

Tanto nos ama Dios que, además de regalarnos una Casa  Maravilllosa con seres maravillosos y únicos, elige que su Hijo se haga hombre. Y, al ser Jesús un ser humano como nosotros, nosotros tenemos la esperanza de compartir con Dios no solamente esta hermosa Casa que nos regaló sino también su Casa Celestial.
Que Jesús se haya hecho hombre también es un regalo, es otra muestra más de Amor hacia nosotros, los seres humanos, sus hijos. Porque nosotros ahora sabemos aun más, cuánto nos ama Dios Padre. Y tenemos la posibilidad de ver cómo comportarnos en este mundo con los otros seres vivos y con los otros seres humanos que también son Creación de Dios y regalo para nosotros.
Tomémonos de las manos y pensemos las veces que nos comportamos como dueños o superiores a los otros seres humanos, a nuestros compañeros de colegio a familiares, o a vecinos de nuestros barrios. Maltratándolos, cargándolos, pegándoles o incluso insultándolos. Pidamos perdón por eso y digámosle a Jesús que nos recuerde antes de actuar el modo correcto para cuidarnos entre nosotros, como hermanos e hijos de un mismo Padre. Recemos juntos “Padre nuestro….” Y, por último, alabemos a Dios, agradeciéndole el Regalo de Amor tan grande que nos hace al darnos a Jesús. Agradecemos juntos, diciendo 3 veces “Alabado sea mi Señor”

3ª Día  Disfrutar los regalos (de Dios)
Leemos (Mc 6,6)
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?”

Los regalos son gratuitos. No hay obligación de hacer regalos. Porque si fueran obligación recibirían un nombre diferente, por ejemplo” obligados”… Los regalos son porque si. Aunque se acostumbre a hacerse en los cumpleaños o fechas especiales de nuestras vidas. Son una muestra de amor gratuitas, “porque si”.
Además, sabemos que los regalos no son para mirarlos sin tocarlos, sin usarlos. Los regalos se hacen para que el que los recibe los disfrute. Pero ojo, no recibimos un perfume para usarlo de cualquier modo, por ejemplo, abrirlo y tirarlo para la cañería. No recibimos una pelota y la pateamos para que se cuelgue o la pise un auto que pasa. Recibimos un regalo para usarlo y disfrutarlo bien, como lo que es. No para malgastarlo perderlo u olvidarlo…
Lamentablemente muchas veces pasa esto con la naturaleza. La malgastamos. Se cortan más  árboles de lo que realmente hace falta cortar o de los que podemos reponer. ¿Por qué? Por codicia. Porque queremos ganar y acumular plata. Porque me preocupo de mí y no del otro que venga después o del que descansa a la sombra de ese árbol mientras tiene un recreo en su trabajo. O no piensa que hay muchos pajaritos, bichitos que viven en ese árbol que cortó por egoísmo, como dijimos antes.
Lo mismo pasa con algunos animales que el hombre mata, supuestamente, para comer. Si solamente nos sirviéramos de lo que necesitamos para comer seguramente muchos menos animales morirían cazados por las personas. Y ni qué  hablar de los que cazan por deporte. Por demostrarles a sus amigos qué fuertes, astutos o valientes fueron para cazar a ese animal que nada les había hecho… Y también sucede con aquellos que matan para venderlos y obtener riqueza a cambio.
Estos son los casos en los que no somos dignos del regalo que Dios nos regala. Que no usamos correctamente ese regalo y que además, no confiamos en nuestro querido Dios que nos lo regalo,  no confiamos en su Amor, en cuanto nos conoce y que nos quiere y que se preocupa que no nos falte nada.
Por eso los invitamos a pedirle a Dios que los hombres que hacen esas cosas puedan cambiar su corazón y que nosotros tampoco hagamos cosas parecidas en casa, por ejemplo, al derrochar el agua, cuando dejamos la ducha o la canilla prendida mientras hacemos otra cosa. Y que, recordemos separar la basura para poder reciclar y aprovechar mejor lo que la naturaleza nos brinda. Que podamos, así, dar gracias a Dios por todo lo que la naturaleza nos ofrece para vivir mejor y la usemos bien, sin malgastarla.
Sigamos agradeciéndole a Dios su presencia en todo lo que Él creó, confiemos en que el Amor de Dios no nos abandona y nos dará lo que necesitemos y digamos tres veces, “Alabado sea mi Señor”

4ªDía Como Jesús nos mostró
Leemos (Jn 15,12)
Dice Jesús: “ Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.”

Si Jesús nos muestra cómo ser buenos seres humanos con los demás seres creados por Dios e, incluso, con los otros hombres y mujeres que son tan creaturas de Dios como yo, como nosotros… Debemos recordar que Jesús se ocupó de los que eran pobres, de los que se sentían débiles, de los que muchos se aprovechaban o no tenían en cuenta. Se ocupó muchas veces de aquellos que no sabían defenderse por sí solos. Se ocupó de los enfermos, de los débiles de la sociedad. De los que estaban perdidos…
Por eso ahora vamos a pedirle a Dios que los que gobiernan no se ocupen solamente de cuidar el medio ambiente y los animales que son más débiles porque están en cautiverio y en peligro de extinción. Sino que es muy importante que cuiden también  a los hombres, a las mujeres, a los niños que están solos, tristes, enfermos… Los débiles de nuestra sociedad.
Para que así, cuidando el Planeta y cuidándonos entre nosotros, toda la Creación unida y en paz podamos dar gracias ay alabar a Dios diciéndole: “Alabado sea mi Señor”. Repitámoslo tres veces…

5° Día San Francisco pudo vivir así
Hoy  vamos empezar hoy repitiendo tres veces la oración con la que terminamos cada día. Digamos entonces “Alabado sea mi Señor”
¿Por qué hacemos hoy este cambio?
Porque hoy vamos a mirar a San Francisco que fue el autor de esta frase en una alabanza que El escribió para Dios y su Creación. Con San Francisco a nuestro lado escuchemos una parte de una oración que aparece en la Biblia y se llaman Salmos y que, perfectamente, San Francisco nos enseña  con el modo de vivir que eligió y nos invita a decirlo. Escuchemos, entonces el Salmo:
Leemos  (Salmo 145, 21)
“Mi boca proclamará la alabanza del Señor: que todos los vivientes bendigan su santo Nombre, desde ahora y para siempre.”

San Francisco fue un santo que vivió disfrutando a Dios porque lo veía y encontraba en la naturaleza y en los pobres y débiles de su época. Pero no solamente podía encontrarse con Dios en todo eso sino que además disfrutó tanto de ese regalo de amor de Dios que vivió para cuidar los animales, las plantas, la Creación  de un modo particular, cuidando de cada detalle de la Casa Común de todos los que habitamos este planeta. Pero además de todo esto, dedicó su vida entera a cuidar, alimentar, darle abrigo y protección a las personas pobres y olvidadas de su sociedad.
Por eso hoy, pedimos a Nuestro Padre, a través de este querido santo, que nos conceda la gracia, el regalo, de poder amar como San Francisco para vivir como Jesús cuidando todos los regalos del Padre, en esta Casa Común.

San Francisco vivía dándole gracias al Señor por cada detalle de su amor. Agradezcámosle nosotros también a Dios, diciéndolo otra vez 3 veces “Alabado sea mi Señor”

Revista de la misa Arquidiocesana 2015: + Chiquitos

Material para los chicos de 4 a 7 años

OBJETIVOS:
·         Que los chicos descubran en la creación de Dios la gran casa de toda la humanidad
·         Que se asombren ante la maravilla de lo creado
·         Que vean que pueden intervenir en esa creación porque es un regalo
·         Que se sientan llamados a quererla, disfrutarla y cuidarla
·         Que puedan celebrarla

CONTENIDOS:
·         El universo, creación de Dios
·         La belleza de la naturaleza
·         La necesidad del cuidado y protección de las especies

ENCUENTRO ESPECIAL
Siempre, en esta página, sugerimos una celebración, esta vez los invitamos a probar una estrategia didáctica que se trabaja sobre todo con los más chiquitos, pero que puede utilizarse en cualquier edad.
·         Se trata de preparar instalaciones o bien rincones de juego-trabajo. De esta manera, usando diferentes lugares de la parroquia o del colegio parroquial, si pudiera usarse, ambientaremos espacios en los que los chicos puedan recorrer la creación de Dios a fin de jugar, asombrarse, disfrutar y comprender que esa creación es la casa más maravillosa que tiene  toda la humanidad
Para esto necesitaremos ambientar cuatro lugares bien definidos. En caso de no contar con cuatro salas diferentes, puede hacerse en un espacio muy grande dividido por sectores.
Los espacios marcarían: el océano, una zona de animales, el cielo, el jardín.
1.       El océano, se ambientará según la creatividad de cada uno, una actividad sugerida es la pesca de pececitos con cañas con imanes y pececitos de cartón con clips de metal. En el lugar puede haber un grabador con música del fondo del mar, una tela, fliselina, azul o celeste formando un río, un bote hecho con sillas (con el siento para adentro) algún salvavidas, juegos de playa, arena con moldecitos.
2.       En el espacio para los animales, pondremos todos los de peluche que consigamos y tenemos que separar entre los de selva, bosque, granja, domésticos. Elementos veterinarios.
3.       En este espacio sería ideal contar con alguna luz que haga estrellitas en el techo, que pueda oscurecerse bien y contar un cuento referido a la noche o a las estrellas utilizando una linterna. También puede pasarse un power con imágenes de planetas.
4.       En este lugar pondremos macetas, o si hay un espacio verde con plantas mejor, y con vasitos de telgopor, tierra, agua, semillas, haremos plantitas para llevar.
-EN CADA RINCÓN:
·         Se leerá un versículo de la Palabra de Dios que nombre la creación del espacio en donde estamos

Debemos hacer notar
·         la maravilla de la creación de Dios
·         que es un regalo para nosotros
·         que tenemos que disfrutarlo entre todos porque es “para todos”
·         que tenemos que cuidarlo porque es hermoso
·         que a quien nos hace un regalo merece que le demos las gracias
ALGUNAS INDICACIONES PARA TENER EN CUENTA
- esta actividad lleva más tiempo  que una celebración habitual
- si el grupo fuera muy numeroso puede dividirse para pasar más cómodos por todos los rincones.
- podemos sumar todo lo que se nos ocurra
- se puede hacer esta experiencia también con chicos más grandes, como de 1er año de catequesis a manera de convivencia.
UN ÚLTIMO RINCÓN Y CELEBRACIÓN
·         Nos reunimos en el Templo para terminar la actividad
·         Después de compartir lo experimentado, vemos que como en una casa hay muchas cosas que tenemos que cuidar para disfrutar bien; el mundo y el universo todo es nuestra casa, la casa de todas las personas, no de algunas pocas, y descubrir que pudimos jugar con todo pero que sin amigos es muy aburrido. Descubrir que  de todas las cosas que creó Dios nosotros somos sus preferidos, nos hizo parecidos a Él y somos los únicos que podemos conversar con  Él. Y que todo es un regalo para que vivamos felices.
·         ESCUCHAMOS LA PALABRA: (cantamos un aleluya) Leemos “la creación del hombre”.
·         El Papa Francisco nos pidió desde el primer día que lo nombraron Papa, que cuidemos toda la creación, especialmente a nosotros las personas.
·         Por eso vamos a aprender una canción, para decirle a Dios Gracias y comprometernos a cuidar nuestra casa común (canciones de creación hay muchísimas, Padre Néstor Gallego, Alejandro Mayol, Sarita Caferata)
MERIENDA COMPARTIDA: como siempre terminamos con una merienda compartida donde celebramos lo más lindo de la creación que son  los amigos.

Revista de la misa Arquidiocesana 2015: Nuestro Altarcito

Con la certeza que el cuidado y la ternura de Dios Padre penetran delicadamente la existencia personal de cada niño; que él está presente en todo el universo y en la más pequeña de sus criaturas, nos seguimos animando a custodiar los signos de amor concretos de Dios en la vida de nuestros niños para ayudarlos a crecer íntegramente en su feliz amistad con Jesús.
Los niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro mundo por su capacidad de aceptar con sencillez el mensaje evangélico; de hecho Jesús los escogió con especial ternura (cf. Mt 19,14), y presentó su capacidad de acoger el Evangelio como modelo para entrar en el Reino de Dios (cf. Mc 10,14).
Podemos contemplar en los niños la facilidad que tienen de encontrarse cara a cara frente a la infinita belleza de Dios (cf. 1 Co 13,12) y  leer con feliz admiración el misterio del universo.
En tantas oportunidades tenemos la gracia de ver que en diversos momentos de la vida cotidiana, nuestros niños recurren a los signos del amor de Dios manifestados en la creación, ya sean pequeños o grandes, y en esto, ellos son maestros…, una canción dirigida con cariño a Dios Padre dándole gracias por todo lo creado, un dibujo realizado con dedicación y gratitud sobre las maravillas de la creación, una mirada sorprendida ante un bello paisaje, una sonrisa dirigida al Cielo en medio de una sencilla alegría, un gesto de afecto concreto cuando alguien les dice que Dios los quiere mucho y que por eso les regala todo lo que existe…, y así podríamos seguir mencionando tantos gestos y signos del amor de Dios que están presentes y operantes en la vida de los más pequeños.
¡Qué bueno y bello! Es poder partir de esta capacidad de los niños, para ayudarlos también, a expresar el Don de la Fe con gratitud y alabanza por todas las cosas creadas; enseñándoles a contemplar en la belleza del universo la presencia de Dios, donde todo nos habla de él..., despertando así la experiencia de sentirse íntimamente unidos con todo lo que existe; con el sol, por quien Dios nos da el día y nos ilumina; con la luna y las estrellas; el cielo, el aire, las nubes y con nuestra madre tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Desde la experiencia de ser cuidados por Dios, podemos alimentar en los más pequeños, el deseo de cuidar nuestra casa común, compartiendo con ellos la alegría de orientar nuestra mirada y corazón a Dios a través de lo visible, de lo que podemos apreciar con nuestros sentidos, como lo hizo San Francisco de Asís porque reconocía en todo lo creado su origen común, que es Dios.

Como nos dice el Papa Francisco al final de la Carta Encíclica LAUDATO SI’, sobre el cuidado de la casa común; “junto con todas las criaturas, caminamos por esta tierra buscando a Dios, porque”[1], «si el mundo tiene un principio y ha sido creado, busca al que lo ha creado, busca al que le ha dado inicio, al que es su Creador»[2].

“Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, que salieron de tu mano poderosa.
Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura.
Alabado seas”.




[1] Carta enc. Laudato Si (24 de mayo 2015), 244.
[2]Basilio Magno, Hom. in Hexaemeron, 1, 2, 6: PG 29, 8. 

Encuentro para Cristo Rey

Queremos encontrar y construir el Reino de Dios

Sugerencias para un encuentro sobre la fiesta de Cristo Rey utilizando las parábolas del Reino del Evangelio de san Mateo.

Las parábolas descorren un poco, aunque no del todo, el misterio del Reino de Dios. Ese Reino escapa a toda definición: es como...; se parece a...; se puede comparar con...
De estas parábolas se desprende que el Reino de los Cielos es una «nueva situación», un «nuevo estado de cosas» que viene de Dios y se inicia con Jesús, pero reclama la respuesta de los hombres. Sus comienzos son muy modestos y apenas perceptibles. Inaugurado por el «sembrador» que sale a sembrar, debe fructificar hasta la cosecha definitiva, de manera misteriosa y más allá de las contradicciones y los fracasos aparentes. Nada puede impedir que siga adelante, y sin duda terminará por transformarlo todo. Por él vale la pena sacrificar incluso los bienes más preciosos. Ya se ha hecho visible, pero sólo al fin se manifestará plenamente.

Podemos comenzar cantando algunas canciones que conozcamos o aprender alguna nueva. Puede ser un popurri de cantos y descubrir qué tienen en común todos ellos, cuál es el tema que se repite…

Yo tengo un rey….mi Salvador…
Reina Dios de majestad vestido…
Mi reino es un grano de mostaza…

Para motivar:

·         Se puede armar un memo test cuyos dibujos sean las comparaciones del Reino que encontramos en el Evangelio de San Mateo.


·         Organizarlos en grupos y darle a cada uno de los textos de la Palabra y pedirles que dibujen con qué compara Jesús al Reino de los Cielos.

Mateo 13, 3- 9     Mateo 13, 24 -30      Mateo 13, 31- 32     Mateo 13, 33   Mateo 13, 44

                             Mateo 13, 45 -46            Mateo 13, 47- 48

·         Presentar una cantidad de titulares de la realidad de hoy de diarios o revistas, o bien imágenes donde se perciban distintas situaciones de dolor, tristeza, violencia, enojo y también de bien, de amor, de caridad, de alegría, solidaridad, sacrificio por el otro y leyendo los textos de las parábolas compararlas y compartir dónde encontramos huellas del Reino del que nos habla Jesús.  

Mateo 13, 3- 9
Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: «El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. El que tenga oídos, que oiga!».

Mateo 13, 24 -30
Y les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: «Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?. El les respondió: «Esto lo ha hecho algún enemigo». Los peones replicaron: «¿Quieres que vayamos a arrancarla?». «No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero».

Mateo 13, 31- 32
También les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas».

Mateo 13, 33
Después les dijo esta otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa».

Mateo 13, 44
El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.

Mateo 13, 45 -46
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.

Mateo 13, 47- 48
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.

Podemos compartir entre todos:
·        ¿Cómo podemos construir el Reino?
·        ¿Qué actitudes nuestras lo muestran, lo hacen visible?
·        ¿Cuándo colaboramos al crecimiento del Reino de Jesús?
·        ¿Cómo nos sentimos?

Hacemos nuestra oración delante del Sagrario.
Cantamos
Podemos leer el texto de Juan 18, 36 -37

“Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí».
Pilato le dijo: «¿Entonces tú eres rey». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz».

Le presentamos a Jesús nuestras ganas de construir el Reino …cada uno puede ir completando esta oración:

Jesús quiero construir el Reino dando alegría

Jesús quiero construir el Reino compartiendo
Jesús quiero construir el Reino siendo un poco más generoso
Jesús quiero construir el Reino pidiendo perdón cuando ofendo a alguien
Jesús quiero construir el Reino ……….




Hacemos la misión repartiendo estampas de Cristo Rey entre los familiares, entre los compañeros del cole, a la salida de la misa, saludando a los vendedores de los negocios del barrio………