San Francisco de Asís, nació en
Italia en el año 1182 y falleció el 3 de octubre de 1226. Fue el fundador de la
orden franciscana. Hijo de un rico mercader llamado Pietro di Bernardote.
Francisco era un joven de familia de cierto renombre en su ciudad.
En 1202 fue encarcelado por unos
meses a causa de su participación en un problema entre las ciudades de Asís y
Perugia. Luego de este hecho, aquejado por una enfermedad e insatisfecho con el
tipo de vida que llevaba, decidió entregarse al apostolado y servir a los
pobres. En 1206 renunció públicamente a los bienes de su padre y vivió a partir
de entonces como un ermitaño, solo y alejado de su familia.
San Francisco de Asís predicó la
pobreza como un valor y propuso un modo de vida sencillo basada en el
Evangelio. El papa Inocencio III aprobó su modelo de vida religiosa, le
concedió permiso para predicar y lo ordenó diácono. Con el tiempo, el número de
sus seguidores fue aumentando y Francisco comenzó a formar una orden religiosa,
la de los franciscanos. Además, con la colaboración de santa Clara, fundó la
rama femenina de su orden, que recibió el nombre de Clarisas.
San Francisco de Asís recibió los
estigmas (las heridas de Cristo en su propio cuerpo), según testimonio de él
mismo.
Fue canonizado dos años después
de su muerte, el 15 de julio de 1226, y sus sucesores lo admiraron tanto por su
modelo de austeridad como por su sensibilidad poética.
Francisco demostró un gran amor y
respeto por toda la creación. Por su devoción a los animales fue nombrado
“Patrono de los veterinarios y de los ecologistas”.
Con su vida y sus obras nos
enseña a querer y cuidar la naturaleza, y a nuestros hermanos que sufren la
pobreza.
Dejó todo lo que tenía, siendo un
joven rico, para ayudar a los que no tenían nada. Se alejó de sus comodidades para vivir junto
a aquellos que no tenían un hogar. ¿Qué difícil no? ¡¡Cuánta misericordia!!
Te animás…¿un poquito
aunque sea?
Podemos empezar, por
ejemplo, por cuidar el medioambiente…
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