Cuando empezamos a recorrer los pasillos de
la parroquia o del colegio, nos vamos encontrando con diferentes personajes:
amigos, compañeros, maestros, catequistas, sacerdotes… Todos distintos, con
diferentes vidas, con diferentes historias…
Y en los mismos pasillos, siempre hay
algunos que pasan desapercibidos, testigos mudos de todo lo que pasa y lo que
nos pasa. A veces, hasta nos animamos a confesarles secretos, pedirles que nos
cumplan algún sueño o que le den una mano a alguien que lo está necesitando.
Pero, ¿de quiénes estamos hablando? ¿Quiénes son estos que están pero no nos
damos cuenta?
Sííííííí!!! Son ellos!!! SON LOS SANTOS!!!
En todas las comunidades tenemos santos. En
el templo, en el colegio, en las aulas o en los salones parroquiales, nos
acompañan imágenes de diferentes personas que han sido canonizadas por su fe y
el amor con el que han entregado su vida a Dios y los que más lo necesitaban.
Pero a veces los tenemos medio olvidados…
Tenemos algo para proponerles. ¿Se animan a
“hacerle propaganda” a algún santo característico de su comunidad?
Para poder hacerlo tenemos algunas
propuestas. Vamos a ponernos en marcha!!!
1. Encuentro
de preparación
Como en cualquier campaña publicitaria, para
promocionar nuestro Santo por el barrio, vamos a necesitar algo de preparación.
Sobre todo, de mucho material que llegue a las manos de todos los integrantes
de nuestra comunidad para que conozcan al Santo que hayamos elegido.
En primer lugar hay que definir qué Santo es
el que más representa a nuestra comunidad. Aprovechá y consultalo con tus
maestros, tus catequistas, los directores de los colegios e incluso con el cura
de la parroquia. Preguntales cuál es ese santo al que todos le piden algo, ese
que nos identifica.
Una vez que lo hayan definido hay que elegir
una imagen en internet que nos va a servir para hacer la publicidad. Acá les
dejamos un ejemplo…
Con la imagen en mano, vamos a ocuparnos de
buscar su historia. Saber cómo llegó a santo, cuál fue su obra, qué le gustaba
hacer, cómo fue su vida. Si les parece, entre todos, podemos armar un relato de
su vida que nos va a ayudar a contarles a todos lo que descubrimos de él.
Una vez que hayamos averiguado todo sobre su
vida y su obra, vamos a trabajar sobre las imágenes.
Podemos pintarlas y preparar estampas para
repartir entre la comunidad, incluso preparar algún volante con la información
de la parroquia o el colegio que nos ayude a invitar a la gente a participar y
a conocerlo un poco más.
Preparen carteles, afiches o banderas con
esta imagen, todo lo que ustedes crean que les va a dar una mano para que este
nuevo amigo que estamos conociendo llegue a cada una de las personas de nuestra
comunidad parroquial o escolar.
2. Misión
barrial
Ya tenemos el material que preparamos. Estampas,
volantes, afiches, carteles, banderas. Y ahora qué hacemos? ¿Lo guardamos todo
en la parroquia? ¿Lo archivamos en un armario en el colegio? NOOOOOOOOOO!!!!
Hay que salir a repartirlo!!! Tenemos que salir a anunciar.
Para llevar adelante la misión tenemos tres
propuestas. Elijan la que más se acomoda a las posibilidades de su comunidad, y
si se animan, pueden hacer las tres!!!
a. Misión
por las calles del barrio
Junto
a los catequistas o maestros podemos salir a repartir las estampas y los
volantes que preparamos, invitando a la comunidad que se acerque a conocer a
nuestro Santo y que se animen a rezarle.
Mientras
recorremos las calles del barrio, podemos llevar una caja en la cual las
personas depositen sus intenciones que serán presentadas en la misa.
b. Misión
por los comercios del barrio
Llevá
los afiches y los carteles que prepararon. También pueden llevar estampas y
volantes. La idea es que se acerquen hasta los comercios del barrio y les pidan
permiso para pegar el material que realizaron en los encuentros para que los
vecinos puedan conocer cada vez más a nuestro santo. Las estampas las podemos
dejar para que se las lleven las personas que van a comprar a ese local. Una
buena idea sería dejar una caja en cada negocio que visitemos, así, las personas
que quieran, podrían dejar sus intenciones, que después nosotros pasaríamos a
buscar para presentarlas en la misa.
c. Misión
sobre ruedas
Nuestra
comunidad no es sólo las cuatro o cinco cuadras alrededor de la parroquia o el
colegio, es mucho pero mucho más grande. ¡¡Y todos tienen que tener la
oportunidad de descubrir lo mismo que nosotros!! Por eso se nos ocurrió que
estaría bueno que la misión se extendiera por todo el barrio y que la imagen de
nuestro santo amigo recorra sus calles. Y como dijo el Papa Francisco, “a los
cristianos nos reconocerán por nuestra alegría”, así que para llevar a cabo
esta misión va a ser necesario un trencito, ¡¡¡un trencito de la alegría!!! A
bordo del “Trencito de los Santos” vamos a recorrer las calles de nuestro barrio.
Para esto es necesario decorar nuestro tren con las banderas y los carteles que
preparamos en el encuentro. Para que todo sea más seguro podemos parar en
algunas esquinas y ahí, repartir estampas y volantes a las personas que pasan
por ese lugar. No se olviden de llevar la caja para recoger intenciones
¡¡¡Tanta alegría y tanto entusiasmo no van a pasar desapercibidos!!! Y, sobre
todo, no pueden fallar…
¡¡Vamos!! ¡¡Estamos todos invitados a
participar!! ¡¡Jesús y los santos del Cielo nos necesitan!! Vamos a ayudarlos a
que cada vez más personas se animen a conocer su amor.
¡¡¡Manos a la obra!!!
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