martes, 29 de septiembre de 2015
domingo, 20 de septiembre de 2015
Revista de la Misa Arquidiocesana 2015: Campaña Solidaria
Como todos los años, cada comunidad organiza la Campaña Solidaria “10$ para cuidar la vida”. Todo lo recaudado se reúne en la Misa Arquidiocesana de Niños será destinado al “Hogar Amparo Maternal y Jardín Brotecitos” (Vicaría Belgrano).
Revista Misa Arquidiocesana 2015: Editorial
“Con Jesús, cuidemos nuestra casa común…”
El Papa
Francisco nos ha regalado una nueva Encíclica: “Laudato sí”, “Alabado seas, mi
Señor”. Palabras de San Francisco de Asís en su bellísimo Cántico de las
Creaturas. El Papa nos invita a alabar a Dios por la maravillosa obra de la
creación, este mundo y esta tierra que Dios nos ha regalado. Pero también nos
hace reflexionar por el maltrato que le damos a la naturaleza. Esta “hermana
tierra”, como la llamaba San Francisco, hoy es dañada y de una manera inexorable,
de tal manera que el daño producido en muchas zonas de nuestro planeta ya es
irreparable.
“Esta hermana clama por el daño que le provocamos
a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en
ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores,
autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por
el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos
en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes.
Por eso, entre los pobres más abandonados y
maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que « gime y sufre
dolores de parto » (Rm 8,22).
Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos
del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y
restaura” (Laudato si, 2).
Cada uno de nosotros vive en una casa, gracias a Dios, y tratamos de
cuidarla, limpiarla, arreglarla cuando algo se rompe. ¿Qué sería de nuestra casa
si viviéramos en la mugre o estuviera a punto de caerse? Tendríamos que hacer
algo urgente. De la misma manera debemos,
¡sí debemos! cuidar nuestra casa común, nuestra tierra, y en esta casa común
viven los más pobres, a ellos les cae la peor parte de nuestro planeta, lo que
sobra y ya no sirve, los peores barrios, la peor comida, la peor salud, el agua
contaminada, el aire viciado. Si bien en muchas partes del planeta hay personas
y asociaciones que tratan de revertir el daño material y social de este maltrato,
todavía queda mucho por hacer.
Algunas citas de la
Encíclica para que reflexionemos junto a nuestros niños:
“Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año.
La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito
de porquería” (4).
“No
somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada” (15).
“Es evidente la incoherencia de
quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción,
pero permanece completamente indiferente ante la trata de
personas” (17).
“Cuando no se reconoce el valor de un pobre, de un embrión humano,
de una persona con discapacidad; difícilmente podremos escuchar los gritos de
la naturaleza” (23).
“¿Qué tipo de mundo queremos
dejar a quienes nos sucedan? Lo que está en juego es nuestra propia dignidad.
Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la
humanidad que nos sucederá” (34).
“La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran
creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en
un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de
los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad” (44).
“Mientras más vacío está el corazón de la persona, más
necesita objetos para comprar, poseer y consumir” (45).
“Un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una
sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social. Es lo que
ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse
ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento
de las empresas” (46).
“La sobriedad que
se vive con libertad y conciencia es liberadora” (48).
“Los sacramentos
son un modo privilegiado de cómo la naturaleza es asumida por Dios y se
convierte en mediación de la vida sobrenatural: el agua, el aceite, el fuego y
los colores son asumidos con toda su fuerza simbólica y se incorporan en la
alabanza” (49).
“María, la madre
que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido”
(50).
Nos preparamos para la Misa Arquidiocesana
de Niños y en nuestras comunidades nos tenemos que disponer interiormente para
celebrar juntos nuestra fe en Jesús y en la Iglesia. Este año
vamos a comprometernos en cuidar esta casa común que nos ha dado Jesús como
tarea. Nos encontramos entonces en el Luna Park…como siempre!!!
Revista de la misa Arquidiocesana 2015: Formación
Alabado seas mi Señor
«Laudato
si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís.
Este hermoso cántico nos recuerda que nuestra casa común es también como una
hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella nos
acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi
Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y
produce diversos frutos con coloridas flores y hierba»[1](Laudato
si’ 1).
Nuestra casa común
clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso
de los bienes que Dios ha puesto en ella. La violencia que hay en el corazón
humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de
enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres
vivientes.
Entre los pobres más
abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime
y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos
tierra (cf. Gn 2,7). (Cf. Laudato si’ 2).
Nada
de este mundo nos resulta indiferente por eso el Papa Francisco frente
al deterioro ambiental global, se dirige a cada persona que habita este planeta
para entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común.
Al desarrollar la
encíclica el Papa acude a San Francisco como el ejemplo por excelencia del
cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y
autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno
a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una
atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y
abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón
universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una
maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo.
En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la
naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz
interior. (Cf.
Laudato
si’ 9. 10).
Si nos acercamos a la
naturaleza y al ambiente sin la apertura al estupor y a la maravilla, si ya no
hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con
el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero
explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos.
En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la
sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo.
La pobreza y la
austeridad de san Francisco no eran un ascetismo meramente exterior, sino algo
más radical: una renuncia a convertir la realidad en mero objeto de uso y de
dominio. (Cf.
Laudato
si’ 11).
El mundo es algo más
que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa
alabanza. (Cf.
Laudato
si’ 12).
El desafío urgente de
proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia
humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, porque tenemos la
certeza que las cosas pueden cambiar.
El Papa Francisco nos
hace una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos
construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una
a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos
interesan y nos impactan a todos. (Cf.
Laudato
si’ 14).
La
Carta encíclica LAUDATO SI’, que se agrega al
Magisterio social de la Iglesia, nos ayuda a reconocer la grandeza, la urgencia
y la hermosura del desafío que se nos presenta. (Cf.
Laudato
si’ 15).
Revista de la misa Arquidiocesana 2015: Colegios
Para rezar a la entrada o salida del colegio
Proponemos que tengan alguna imagen de
un paisaje- el mismo los 5 días o uno lindo distinto al anterior cada día. Si se pudiera, resaltando lo que se
resalta en nuestra oración.
1ª Día Una
prueba de su maravilloso Amor
Leemos
(Gn. 1,1; 11; 24; 27; 29-30; 2, 1- 3)
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. Dios
dijo: «Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una
separación entre ellas». Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar
al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces dijo: «Que la tierra produzca vegetales,
hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de
su misma especie con su semilla adentro». Y así sucedió. Dios dijo: «Que la
tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales
salvajes de toda especie». Y así sucedió. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo
creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y continuó diciendo: «Yo les doy
todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que
dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de
la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se
arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde». Y así sucedió. Así
fueron terminados el cielo y la tierra y todos los seres que hay en ellos.”
(Podemos sacar imágenes de una caja de regalo,
envuelta y decorada con un hermoso moño y papel llamativo. Si no tuvimos el
tiempo para hacerlo es mejor que las imágenes aparezcan con sencillez de
nuestra mano o de adentro de un sobre)
Dios
Padre, Creador de nuestro planeta y del Universo, hizo todo con Amor, hizo todo
con detalles que nos muestran la delicadeza y la grandeza de ese Amor.
Pensemos
en la belleza de un paisaje y de un ambiente que tiene determinados animales y
plantas para ese lugar, diferente a la belleza y autenticidad de otro. (Puede
ser un o terrestre y otro acuático, por ejemplo) Igualmente bello, pero único.
Pensemos en diferentes adaptaciones de los seres vivos. La maravilla de los
canguros que llevan y alimentan su cría dentro de esa bolsa y lo hacen a la
perfección. O de las plantas que para defenderse tienen el mecanismo de expedir
un olor fuerte que genera temor en sus depredadores o, también en el sapo
vientre de fuego que se muestra rojo sangre cuando se interpone una amenaza y
así las asusta y ahuyenta…. O la lámpara que poseen unos seres que habitan las
oscurísimas profundidades oceánicas
Ni
qué hablar de la maravilla que es el sol, como fuente de vida y de calor para
todos los seres de este planeta…. Y la maravilla del funcionamiento del
organismo humano, por ejemplo, ante un embarazo. Todo lo pensó Dios. Todo lo
pensó y lo concretó de un modo
maravilloso. Todo lo soñó y, al concretarlo, nos lo regaló. Para que gustáramos
de cada detalle. Y, nosotros al mirar
tanta maravilla, no podemos más que dar gracias a Dios por tanto Amor.
Porque no es un regalo comprado a las apuradas. Porque no es algo que tenía en
su casa y nos lo entrega para no quedar mal. Es un regalo artesanal, lo hizo
para nosotros, cada cosa con su detalle, hecho y pensado con dedicación para
todos los seres que habitamos el planeta, y en especial para los seres humanos
creados a su imagen y semejanza. Dios nos hizo a cada uno con dedicación y Amor
y nos creo también esta hermosa Casa Común al que llamamos planeta para que
viviéramos allí felices.
Por
eso los invitamos ahora a cerrar los ojos, recordar alguna maravilla de la
naturaleza. Si son más, también dejo a
esas imágenes que vengan a mi mente y a mi corazón y agradecemos al Padre por
la maravilla de la Creación diciendo 3 veces “Alabado sea mi Señor”…
2ª Día Jesús, otro regalo para nosotros
Leemos ( Jn 3,16)
“Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su
Hijo único para que todo el que cree en él no muera”
Tanto nos ama Dios que, además de regalarnos una
Casa Maravilllosa con seres maravillosos
y únicos, elige que su Hijo se haga hombre. Y, al ser Jesús un ser humano como
nosotros, nosotros tenemos la esperanza de compartir con Dios no solamente esta
hermosa Casa que nos regaló sino también su Casa Celestial.
Que Jesús se haya hecho hombre
también es un regalo, es otra muestra más de Amor hacia nosotros, los seres
humanos, sus hijos. Porque nosotros ahora sabemos aun más, cuánto nos ama Dios
Padre. Y tenemos la posibilidad de ver cómo comportarnos en este mundo con los
otros seres vivos y con los otros seres humanos que también son Creación de
Dios y regalo para nosotros.
Tomémonos de las manos y pensemos
las veces que nos comportamos como dueños o superiores a los otros seres
humanos, a nuestros compañeros de colegio a familiares, o a vecinos de nuestros
barrios. Maltratándolos, cargándolos, pegándoles o incluso insultándolos. Pidamos
perdón por eso y digámosle a Jesús que
nos recuerde antes de actuar el modo correcto para cuidarnos entre nosotros,
como hermanos e hijos de un mismo Padre. Recemos juntos “Padre nuestro….” Y, por último, alabemos a Dios,
agradeciéndole el Regalo de Amor tan grande que nos hace al darnos a Jesús.
Agradecemos juntos, diciendo 3 veces “Alabado sea mi Señor”
3ª Día Disfrutar los regalos (de Dios)
Leemos (Mc 6,6)
“Miren los pájaros del cielo:
ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre
que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?”
Los regalos son gratuitos. No hay obligación de
hacer regalos. Porque si fueran obligación recibirían un nombre diferente, por
ejemplo” obligados”… Los regalos son porque si. Aunque se acostumbre a hacerse
en los cumpleaños o fechas especiales de nuestras vidas. Son una muestra de
amor gratuitas, “porque si”.
Además, sabemos que los regalos no son para mirarlos
sin tocarlos, sin usarlos. Los regalos se hacen para que el que los recibe los
disfrute. Pero ojo, no recibimos un perfume para usarlo de cualquier modo, por
ejemplo, abrirlo y tirarlo para la cañería. No recibimos una pelota y la
pateamos para que se cuelgue o la pise un auto que pasa. Recibimos un regalo
para usarlo y disfrutarlo bien, como lo que es. No para malgastarlo perderlo u
olvidarlo…
Lamentablemente muchas veces pasa esto con la
naturaleza. La malgastamos. Se cortan más
árboles de lo que realmente hace falta cortar o de los que podemos
reponer. ¿Por qué? Por codicia. Porque queremos ganar y acumular plata. Porque me
preocupo de mí y no del otro que venga después o del que descansa a la sombra
de ese árbol mientras tiene un recreo en su trabajo. O no piensa que hay muchos
pajaritos, bichitos que viven en ese árbol que cortó por egoísmo, como dijimos
antes.
Lo mismo pasa con algunos animales que el hombre
mata, supuestamente, para comer. Si solamente nos sirviéramos de lo que
necesitamos para comer seguramente muchos menos animales morirían cazados por las
personas. Y ni qué hablar de los que
cazan por deporte. Por demostrarles a sus amigos qué fuertes, astutos o
valientes fueron para cazar a ese animal que nada les había hecho… Y también
sucede con aquellos que matan para venderlos y obtener riqueza a cambio.
Estos son los casos en los que no somos dignos del
regalo que Dios nos regala. Que no usamos correctamente ese regalo y que
además, no confiamos en nuestro querido Dios que nos lo regalo, no confiamos en su Amor, en cuanto nos conoce
y que nos quiere y que se preocupa que no nos falte nada.
Por eso los invitamos a pedirle a Dios que los
hombres que hacen esas cosas puedan cambiar su corazón y que nosotros tampoco
hagamos cosas parecidas en casa, por ejemplo, al derrochar el agua, cuando
dejamos la ducha o la canilla prendida mientras hacemos otra cosa. Y que,
recordemos separar la basura para poder reciclar y aprovechar mejor lo que la
naturaleza nos brinda. Que podamos, así, dar gracias a Dios por todo lo que
la naturaleza nos ofrece para vivir mejor y la usemos bien, sin malgastarla.
Sigamos agradeciéndole a Dios su presencia en todo
lo que Él creó, confiemos en que el Amor de Dios no nos abandona y nos dará lo
que necesitemos y digamos tres veces, “Alabado sea mi Señor”
4ªDía Como Jesús nos mostró
Leemos (Jn 15,12)
Dice Jesús: “ Este es mi mandamiento:
Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.”
Si Jesús nos muestra cómo ser buenos seres humanos
con los demás seres creados por Dios e, incluso, con los otros hombres y
mujeres que son tan creaturas de Dios como yo, como nosotros… Debemos recordar
que Jesús se ocupó de los que eran pobres, de los que se sentían débiles, de
los que muchos se aprovechaban o no tenían en cuenta. Se ocupó muchas veces de
aquellos que no sabían defenderse por sí solos. Se ocupó de los enfermos, de
los débiles de la sociedad. De los que estaban perdidos…
Por eso ahora vamos a pedirle a Dios que los que
gobiernan no se ocupen solamente de cuidar el medio ambiente y los animales que
son más débiles porque están en cautiverio y en peligro de extinción. Sino que
es muy importante que cuiden también a los
hombres, a las mujeres, a los niños que están solos, tristes, enfermos… Los
débiles de nuestra sociedad.
Para que así, cuidando el Planeta y cuidándonos
entre nosotros, toda la Creación unida y en paz podamos dar gracias ay alabar a
Dios diciéndole: “Alabado sea mi Señor”. Repitámoslo tres veces…
5° Día San Francisco pudo vivir así
Hoy vamos
empezar hoy repitiendo tres veces la oración con la que terminamos cada día.
Digamos entonces “Alabado sea mi Señor”
¿Por qué hacemos hoy este cambio?
Porque hoy vamos a mirar a San Francisco que fue el
autor de esta frase en una alabanza que El escribió para Dios y su Creación.
Con San Francisco a nuestro lado escuchemos una parte de una oración que
aparece en la Biblia y se llaman Salmos y que, perfectamente, San Francisco nos
enseña con el modo de vivir que eligió y
nos invita a decirlo. Escuchemos, entonces el Salmo:
Leemos
(Salmo 145, 21)
“Mi boca proclamará la alabanza del
Señor: que todos los vivientes bendigan su santo Nombre, desde ahora y para
siempre.”
San Francisco fue un santo que vivió disfrutando a
Dios porque lo veía y encontraba en la naturaleza y en los pobres y débiles de
su época. Pero no solamente podía encontrarse con Dios en todo eso sino que
además disfrutó tanto de ese regalo de amor de Dios que vivió para cuidar los
animales, las plantas, la Creación de un
modo particular, cuidando de cada detalle de la Casa Común de todos los que
habitamos este planeta. Pero además de todo esto, dedicó su vida entera a
cuidar, alimentar, darle abrigo y protección a las personas pobres y olvidadas
de su sociedad.
Por eso hoy, pedimos a Nuestro Padre, a través de
este querido santo, que nos conceda la gracia, el regalo, de poder amar como
San Francisco para vivir como Jesús cuidando todos los regalos del Padre, en
esta Casa Común.
San Francisco vivía dándole gracias al Señor por
cada detalle de su amor. Agradezcámosle nosotros también a Dios, diciéndolo
otra vez 3 veces “Alabado sea mi Señor”
Revista de la misa Arquidiocesana 2015: + Chiquitos
Material para los chicos de 4 a 7 años
OBJETIVOS:
·
Que los chicos descubran en la creación de Dios la gran casa de toda la
humanidad
·
Que se asombren ante la maravilla de lo creado
·
Que vean que pueden intervenir en esa creación porque es un regalo
·
Que se sientan llamados a quererla, disfrutarla y cuidarla
·
Que puedan celebrarla
CONTENIDOS:
·
El universo, creación de Dios
·
La belleza de la naturaleza
·
La necesidad del cuidado y protección de las especies
ENCUENTRO ESPECIAL
Siempre, en esta página,
sugerimos una celebración, esta vez los invitamos a probar una estrategia
didáctica que se trabaja sobre todo con los más chiquitos, pero que puede
utilizarse en cualquier edad.
·
Se trata de preparar instalaciones o bien rincones de juego-trabajo. De
esta manera, usando diferentes lugares de la parroquia o del colegio
parroquial, si pudiera usarse, ambientaremos espacios en los que los chicos
puedan recorrer la creación de Dios a fin de jugar, asombrarse, disfrutar y comprender
que esa creación es la casa más maravillosa que tiene toda la humanidad
Para esto necesitaremos
ambientar cuatro lugares bien definidos. En caso de no contar con cuatro salas
diferentes, puede hacerse en un espacio muy grande dividido por sectores.
Los espacios marcarían:
el océano, una zona de animales, el cielo, el jardín.
1.
El océano, se ambientará según la creatividad de cada uno, una actividad
sugerida es la pesca de pececitos con cañas con imanes y pececitos de cartón
con clips de metal. En el lugar puede haber un grabador con música del fondo
del mar, una tela, fliselina, azul o celeste formando un río, un bote hecho con
sillas (con el siento para adentro) algún salvavidas, juegos de playa, arena
con moldecitos.
2.
En el espacio para los animales, pondremos todos los de peluche que
consigamos y tenemos que separar entre los de selva, bosque, granja,
domésticos. Elementos veterinarios.
3.
En este espacio sería ideal contar con alguna luz que haga estrellitas
en el techo, que pueda oscurecerse bien y contar un cuento referido a la noche
o a las estrellas utilizando una linterna. También puede pasarse un power con
imágenes de planetas.
4.
En este lugar pondremos macetas, o si hay un espacio verde con plantas
mejor, y con vasitos de telgopor, tierra, agua, semillas, haremos plantitas
para llevar.
-EN CADA RINCÓN:
·
Se leerá un versículo de la Palabra de Dios que nombre la creación del
espacio en donde estamos
Debemos hacer notar
·
la maravilla de la creación de Dios
·
que es un regalo para nosotros
·
que tenemos que disfrutarlo entre todos porque es “para todos”
·
que tenemos que cuidarlo porque es hermoso
·
que a quien nos hace un regalo merece que le demos las gracias
ALGUNAS INDICACIONES PARA TENER EN CUENTA
- esta actividad lleva más tiempo que una celebración habitual
- si el grupo fuera muy numeroso puede dividirse
para pasar más cómodos por todos los rincones.
- podemos sumar todo lo que se nos ocurra
- se puede hacer esta experiencia también con
chicos más grandes, como de 1er año de catequesis a manera de convivencia.
UN ÚLTIMO RINCÓN Y CELEBRACIÓN
·
Nos reunimos en el Templo para terminar la actividad
·
Después de compartir lo experimentado, vemos que como en una casa hay
muchas cosas que tenemos que cuidar para disfrutar bien; el mundo y el universo
todo es nuestra casa, la casa de todas las personas, no de algunas pocas, y
descubrir que pudimos jugar con todo pero que sin amigos es muy aburrido.
Descubrir que de todas las cosas que
creó Dios nosotros somos sus preferidos, nos hizo parecidos a Él y somos los
únicos que podemos conversar con Él. Y
que todo es un regalo para que vivamos felices.
·
ESCUCHAMOS LA PALABRA: (cantamos un aleluya) Leemos “la creación del
hombre”.
·
El Papa Francisco nos pidió desde el primer día que lo nombraron Papa,
que cuidemos toda la creación, especialmente a nosotros las personas.
·
Por eso vamos a aprender una canción, para decirle a Dios Gracias y
comprometernos a cuidar nuestra casa común (canciones de creación hay
muchísimas, Padre Néstor Gallego, Alejandro Mayol, Sarita Caferata)
Revista de la misa Arquidiocesana 2015: Nuestro Altarcito
Con la certeza que el cuidado y la
ternura de Dios Padre penetran delicadamente la existencia personal de cada
niño; que él está presente en todo el universo y en la más pequeña de sus
criaturas, nos seguimos animando a custodiar los signos de amor concretos de
Dios en la vida de nuestros niños para ayudarlos a crecer íntegramente en su
feliz amistad con Jesús.
Los niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro
mundo por su capacidad de aceptar con sencillez el mensaje evangélico; de hecho
Jesús los escogió con especial ternura (cf. Mt 19,14), y presentó su capacidad
de acoger el Evangelio como modelo para entrar en el Reino de Dios (cf. Mc
10,14).
Podemos contemplar en los niños la facilidad que tienen de
encontrarse cara a cara frente a la infinita belleza de Dios (cf. 1 Co 13,12) y leer con feliz admiración el misterio del
universo.
En tantas oportunidades tenemos la
gracia de ver que en diversos momentos de la vida cotidiana, nuestros niños
recurren a los signos del amor de Dios manifestados en la creación, ya sean
pequeños o grandes, y en esto, ellos son maestros…, una canción dirigida con
cariño a Dios Padre dándole gracias por todo lo creado, un dibujo realizado con
dedicación y gratitud sobre las maravillas de la creación, una mirada
sorprendida ante un bello paisaje, una sonrisa dirigida al Cielo en medio de
una sencilla alegría, un gesto de afecto concreto cuando alguien les dice que
Dios los quiere mucho y que por eso les regala todo lo que existe…, y así
podríamos seguir mencionando tantos gestos y signos del amor de Dios que están
presentes y operantes en la vida de los más pequeños.
¡Qué bueno y bello! Es poder partir de
esta capacidad de los niños, para ayudarlos también, a expresar el Don de la Fe
con gratitud y alabanza por todas las cosas creadas; enseñándoles a contemplar
en la belleza del universo la presencia de Dios, donde todo nos habla de él...,
despertando así la experiencia de sentirse íntimamente unidos con todo lo que
existe; con el sol, por quien Dios nos da el día y nos ilumina; con la luna y
las estrellas; el cielo, el aire, las nubes y con nuestra madre tierra, la cual
nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y
hierbas.
Desde la experiencia de ser cuidados
por Dios, podemos alimentar en los más pequeños, el deseo de cuidar nuestra
casa común, compartiendo con ellos la alegría de orientar nuestra mirada y
corazón a Dios a través de lo visible, de lo que podemos apreciar con nuestros
sentidos, como lo hizo San Francisco de Asís porque reconocía en todo lo creado
su origen común, que es Dios.
Como nos dice el Papa Francisco al final de la Carta Encíclica LAUDATO SI’, sobre el cuidado de la casa común; “junto con
todas las criaturas, caminamos por esta tierra buscando a Dios, porque”[1], «si el
mundo tiene un principio y ha sido creado, busca al que lo ha creado, busca al
que le ha dado inicio, al que es su Creador»[2].
“Te alabamos, Padre, con todas tus
criaturas, que
salieron de tu mano poderosa.
Son tuyas, y están llenas de tu
presencia y de tu ternura.
Alabado seas”.
Encuentro para Cristo Rey
Queremos encontrar y construir el Reino de Dios
Sugerencias
para un encuentro sobre la fiesta de Cristo Rey utilizando las parábolas del
Reino del Evangelio de san Mateo.
Las
parábolas descorren un poco, aunque no del todo, el misterio del Reino de Dios.
Ese Reino escapa a toda definición: es como...; se parece a...; se puede
comparar con...
De estas
parábolas se desprende que el Reino de los Cielos es una «nueva situación», un
«nuevo estado de cosas» que viene de Dios y se inicia con Jesús, pero reclama
la respuesta de los hombres. Sus comienzos son muy modestos y apenas
perceptibles. Inaugurado por el «sembrador» que sale a sembrar, debe
fructificar hasta la cosecha definitiva, de manera misteriosa y más allá de las
contradicciones y los fracasos aparentes. Nada puede impedir que siga adelante,
y sin duda terminará por transformarlo todo. Por él vale la pena sacrificar
incluso los bienes más preciosos. Ya se ha hecho visible, pero sólo al fin se
manifestará plenamente.
Podemos comenzar
cantando algunas canciones que conozcamos o aprender alguna nueva. Puede ser un
popurri de cantos y descubrir qué tienen en común todos ellos, cuál es el tema
que se repite…
Yo tengo un rey….mi Salvador…
Reina Dios de majestad vestido…
Mi reino es un grano de mostaza…
Para motivar:
·
Se puede armar un memo test cuyos dibujos sean las
comparaciones del Reino que encontramos en el Evangelio de San Mateo.
·
Organizarlos en grupos y darle a cada uno de los
textos de la Palabra y pedirles que dibujen con qué compara Jesús al Reino de
los Cielos.
Mateo 13, 3-
9 Mateo 13, 24 -30 Mateo 13, 31- 32 Mateo 13, 33 Mateo 13, 44
Mateo 13, 45
-46 Mateo 13, 47- 48
·
Presentar una cantidad de titulares de la realidad de
hoy de diarios o revistas, o bien imágenes donde se perciban distintas
situaciones de dolor, tristeza, violencia, enojo y también de bien, de amor, de
caridad, de alegría, solidaridad, sacrificio por el otro y leyendo los textos
de las parábolas compararlas y compartir dónde encontramos huellas del Reino
del que nos habla Jesús.
Mateo 13, 3- 9
Entonces
él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: «El sembrador
salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino
y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había
mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero
cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras
cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en
tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. El que
tenga oídos, que oiga!».
Mateo 13, 24 -30
Y les
propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró
buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró
cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las
espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al
propietario y le dijeron: «Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu
campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?. El les respondió: «Esto lo ha
hecho algún enemigo». Los peones replicaron: «¿Quieres que vayamos a
arrancarla?». «No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el
peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la
cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y
átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero».
Mateo 13, 31- 32
También
les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un grano de
mostaza que un hombre sembró en su campo. En realidad, esta es la más pequeña
de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se
convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a
cobijarse en sus ramas».
Mateo 13, 33
Después les dijo esta otra parábola: «El Reino de los
Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad
de harina, hasta que fermenta toda la masa».
Mateo 13, 44
El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido
en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría,
vende todo lo que posee y compra el campo.
Mateo 13, 45 -46
El
Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar
perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía
y la compró.
Mateo 13, 47- 48
El
Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge
toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y,
sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Podemos
compartir entre todos:
·
¿Cómo podemos construir el Reino?
·
¿Qué actitudes nuestras lo muestran, lo hacen visible?
·
¿Cuándo colaboramos al crecimiento del Reino de Jesús?
·
¿Cómo nos sentimos?
Hacemos nuestra oración delante del Sagrario.
Cantamos
Podemos leer el texto de Juan 18, 36 -37
“Jesús
respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo,
los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a
los judíos. Pero mi realeza no es de aquí».
Pilato
le dijo: «¿Entonces tú eres rey». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para
esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que
es de la verdad, escucha mi voz».
Le presentamos a
Jesús nuestras ganas de construir el Reino …cada uno puede ir completando esta
oración:
Jesús
quiero construir el Reino dando alegría
Jesús
quiero construir el Reino compartiendo
Jesús
quiero construir el Reino siendo un poco
más generoso
Jesús
quiero construir el Reino pidiendo perdón
cuando ofendo a alguien
Jesús
quiero construir el Reino ……….
Hacemos la
misión repartiendo estampas de Cristo Rey entre los familiares, entre los
compañeros del cole, a la salida de la misa, saludando a los vendedores de los
negocios del barrio………