Comenzamos la semana previa a la Semana Santa con un
encuentro que nos sirva para preparar el corazón. Puede ser un encuentro catequístico o en la
misa previa al domingo de Ramos. Porque lo que se propone es realizar y
concretar acciones para vivir este tiempo.
OBJETIVOS:
Ø Preparar el Corazón para la Pascua.
Ø Que los chicos comiencen el camino de salir de
sí mismos y llegar a los demás y sus necesidades.
Ø Que se sientan responsables de la alegría de
los demás.
Ø Que descubran que Jesucristo, que habita en
ellos desde su Pascua, hará su obra si se lo permiten contagiando su amor.
CONTENIDOS:
Ø Juan 13, 33-35
Ø Mateo 25, Relato del Juicio.
Ø Amor al Prójimo
RECURSOS:
- Cuento
- Siluetas de espejos de mano de cartón o
fibrofácil.
CUENTO: Rompiendo
espejos:
Esta es la historia de Luna, una nena que veía mucha, pero mucha televisión. No
cualquier programa, ella miraba esos programas llenos de adolescentes hermosos,
con ropas muy llamativas, con cabellos re-producidos, en los que todos cantan y
bailan. Y, obviamente quería ser igual, los ratos que no estaba ante la tele se
la pasaba ante el espejo, bailando, peinándose, posando. Se sacaba mil fotos y
se las mandaba a sus amigas por facebook.
Su hermano Ariel, no dejaba de cargarla y de
burlarse. Sin embargo, él hacía algo parecido con sus ídolos de futbol, se
compraba la misma camiseta, se cortaba el pelo de la misma manera, era todo un
10 del Barcelona.
Una noche, que se quedaron en casa de su abuelo,
porque los papás tenían que salir, les pasó algo increíble. Ellos sabían que en el altillo de la casa
había un cuarto que nunca se abría. El abuelo decía que era porque el techo
estaba agujereado, o porque estaba todo revuelto, pero ellos pensaban que allí
había algo misterioso. Aburridísimos, porque el abuelo no tenía ni tele ni
compu y muy curiosos, los chicos descubrieron el llavero de la casa y cuando el
abuelo se quedó dormido en el sillón escuchando la radio, subieron al cuarto.
¿Qué había allí? Sólo espejos, en realidad marcos de espejos, espejos rotos. Si
bien no era nada de temer, no se puede negar que era extraño, había espejos de
todos los tamaños. Se quedaron largo rato mirando, sin entender nada, hasta
que….se dieron cuenta que el abuelo estaba parado justamente detrás de ellos.
Pusieron cara de susto mezclada con culpa y cachetes
colorados de vergüenza.
- Descubrieron mi secreto – dijo el abuelo con una
sonrisa. Y entonces les contó que cuando él era muy joven era físicoculturista
y vivía mirándose al espejo y sacando músculos y paseándose por todos lados con
su físico perfecto que era la envidia de todos los muchachos del barrio y el
galán de todas las chicas. Y fue así que conoció a su abuela, la única chica
que no le llevaba el apunte y directamente no lo aguantaba. No era la chica más
linda, sin embargo todos querían estar con ella. Tenía algo especial en sus ojos
algo que no tenía ninguna otra, como
si….como si se le viera el corazón por sus pupilas.
Eso lo enamoró y decidió perseguirla hasta
conquistarla. Pensó en hacerle un regalo, algo hermoso, que la impacte.
Entonces le regaló un espejo de mano, con el marco dorado lleno de piedritas
brillantes, era hermoso, parecía una joya.
Pero terrible fue su sorpresa el día que se lo
regaló. La había invitado a la plaza, se había puesto sus mejores ropas y
perfumes, y no fue más que dárselo y ocurrió que cuando ella abrió el regalo,
finísimamente envuelto, sonrió e inmediatamente rompió el cristal contra el
banco de la plaza, volvió a sonreír y luego dijo –así está mejor, faltaba
terminarlo-
-Yo me quedé perplejo – dijo el abuelo- pero ella
ese día me enseñó que los espejos rotos no muestra tu imagen, porque la imagen
propia molesta, aburre, y no te deja ver lo realmente importante. En cambio, si
el espejo está roto, por ellos podés ver
lo que Jesús mira, la cara de todas las personas, sus dolores y sus necesidades,
sus deseos, sus alegrías. Y entonces, cada mañana cuando te levantás para ir al
colegio y te mirás al espejo para peinarte y arreglarte, también vas a poder mirar a los demás para arreglarlos y
hermosearlos y que no es tan difícil, porque Jesús, que vive en cada corazón
desde el Bautismo, te ayuda siempre. Sólo se necesita estar siempre dispuesto a
dejarse contagiar por Él. Entonces, desde ese momento cada año, le regalaba un
espejo roto y aprendí con ella a contagiarme de Jesús, leyendo el Evangelio,
yendo juntos a misa, rezando, y así entonces,
aprendí a usar los espejos, para servir
a los demás y también para descubrir la mirada que Jesús tiene para mí en los
ojos de los otros.
Desde ese día, en Luna y Ariel cambió algo, tal vez
su mirada, tal vez su manera de mirar por los espejos rotos que su abuelo les
regaló, tal vez era que sus ojos mostraban su corazón, tal vez eran más
hermosos, porque podían verse en ellos a Jesús.
Mónica Gómez
Ø Este cuento se lo podemos contar o dejar que
ellos lo lean grupo y luego lo comenten.
Ø Luego lo comentamos entre todos
ILUMINA LA PALABRA:
Buscamos las palabras que pudo leer la abuela de Ana
y Ariel para decidir romper los espejos. Juan 13, 33-35 Mateo 25, 31-46
RESPUESTA DE FE Y COMPROMISO:
La respuesta de fe va a ir en dos direcciones:
1. Buscamos cómo contagiarnos el amor de Jesús para
mirar como Él mira,
2. Hacemos un plan entre todos para MISIONAR, esto sería ir a mirar lo que Jesús mira para ayudarlos en sus necesidades y llevarles
el amor que Jesús nos contagia. Pensamos
acciones concretas, para:
a- mi familia
b- mis amigos y mis compañeros
c- mis maestros
d- los vecinos del barrio:
EJEMPLOS DE ACCIONES CONCRETAS
1-
PARA QUE JESÚS NOS
CONTAGIE SU AMOR VAMOS A ESTAR LO MÁS CERCA POSIBLE:
Ø Rezando cada mañana: SEÑAL DE LA CRUZ - JESÚS CONTAGIAME TU AMOR (Podemos entregarles
una botellita con agua bendita para que, recordando su bautismo, se hagan la
Señal de la Cruz con ella cada día, como para contar con algo físico a la hora
de pensar en contagiarnos).
Ø Tomándonos un ratito de silencio para ver si
escuchamos los latidos de Jesús dentro de nuestro corazón.
Ø Yendo a misa y recibiendo a Jesús Eucaristía
(los chicos que ya tomaron la comunión)
2-PARA MIRAR A LOS DEMÁS COMO JESÚS MIRA Y
CONTAGIARLES SU AMOR:
Ø Podemos hacer, con los chicos, cada uno su
propio marco de espejo de la forma que quieran. Este elemento lo vamos a usar
para mirar a los otros, buscarlos, ver sus necesidades y tratar de ponerlos
mejor.
Ø También podríamos hacerlo pequeño como para
colgárnoslo del cuello y así tenerlo siempre a mano en la cuaresma para mirar
con un solo ojo.
Ø Vamos a trabajar en tres planos: LA FAMILIA-EL
COLEGIO-EL BARRIO
Ø La familia y el colegio será algo personal, y
el barrio comunitario
Ø Tenemos qué ver qué andan necesitando en casa:
puede ser paz, alegría, que hagamos caso, que no hagamos renegar, que ayudemos,
que enseñemos a rezar….(los chicos tiene que establecer las necesidades)
Ø En el colegio, miraremos al compañero que está
más solo, al que todos cargan, al que le falta algo que podamos compartir
(RECORDEMOS LO DE MADRE TERESA “DAR HASTA QUE DUELA”)
Ø En el barrio, salir por las casas llevando los
programas de la Semana Santa y mirar bien para detectar necesidades, así como
los horarios de los cartoneros, o de trapitos, o de otra gente que vive en la
calle
Ø Llevarles un ramito de olivo para que hagan
bendecir el Domingo de Ramos
Ø Entregarles cartoncitos para que pongan
intenciones para llevar a la misa.
Ø Pensar acciones concretas posibles para ayudar
según lo que vieron y trabajaron en comunidad (colectas)
Ø Armar un Blog con los catequistas y animadores
para mensajearse y alentar e invitar a ayudar a todos los contactos.
CELEBRACIÓN
Llevaremos a los chicos al Sagrario para
pedirle al Sagrado Corazón de Jesús que nos contagie su amor.(Podemos llevar
una imagen para besar, ya que besando nos contagiamos.) Luego, tendremos
preparados los espejos de mano para pedirle al Señor que ponga en ellos su
mirada y así proponernos mirar lo que Él mira, el rostro de las personas, en la
Cuaresma, para llegar a ver rostros iluminados en la Pascua.
ATENCIÓN:
Este encuentro será el hilo
conductor de la Semana Santa y puede ser el fundamento para todo el año desde
la identificación con Jesús, la misión y la caridad, haciendo con los chicos
proyectos para encarar los tres tipos de miserias de la que nos habla el papa
Francisco, que encontramos en la gente y en nosotros, de acuerdo a sus
posibilidades de comprensión.