Nuevamente nos ponemos en salida:
la Iglesia si no sale a la calle se convierte en una pieza de museo. Salir a la
calle es cumplir la voluntad de Jesús: “Vayan,
Yo los envío”. En la Vicaría de Niños nos disponemos a la Peregrinación
Mariana Infantil, cuyo lema de este año es: “María, siguiendo tus latidos caminamos juntos”.
María es la primera misionera
peregrina. Ella nos enseña a salir para llevar el mejor de los tesoros que son
la Vida y la Palabra de su Hijo. Ella sintiendo los latidos del corazón de su
Hijo en su seno purísimo no se quedó en su casita de Nazaret, sino que se puso
en camino para visitar a su prima Isabel, en las montañas de Judea. Escuchar
los latidos de un niño en la panza de su madre es hacernos cargo de esa vida
única e irrepetible. María escuchando el corazón de su Hijito va preparando el
oído para escuchar nuestros secretos, nuestros sueños, nuestras alegrías y
dolores. Ella es la Madre de la Escucha. También nosotros queremos escuchar los
latidos del Corazón Inmaculado de María para aprender a escucharnos entre
nosotros.
En este Sínodo que estamos
viviendo en nuestra Iglesia de Buenos Aires se nos invita especialmente a
caminar juntos, qué mejor caminata que tomados de las manos de María, es una
gracia muy linda, muy de nuestra Iglesia Mariana. Nos hace bien recordar el
nombre de nuestra ciudad: “Santa María de los Buenos Aires”. Es como un sello
de fundación, allí, en los albores de nuestro ser pueblo y ciudad, está la
presencia de la Virgencita que siempre nos dice: “Argentina canta y camina!”
Esta peregrinación tiene un sello
particular: empezamos a vivir la etapa final del Sínodo Arquidiocesano, el año
que viene celebraremos los 400 años de la Iglesia en Buenos Aires y
concluiremos el Sínodo con una gran misión. Sabemos el significado que tiene
para nuestro pueblo porteño sacar a la calle la Virgencita de Luján, aunque sea
una mesita con una vela, la gente se acerca y toma gracias de la Virgen.
Nuestros niños y niñas deben ir
aprendiendo que con María Santísima las cosas son más lindas y más suaves, como
la caricia de una madre. La peregrinación tiene este sentido de catequesis y de
comunión: juntos caminando con María al encuentro del Señor. Y lo hacemos
preparándonos en nuestras parroquias y colegios, de allí la importancia de leer
y compartir este material escrito. Sabemos que los niños y niñas están mejores
dispuestos a la fe que muchos adultos. Seamos responsables en nuestra misión de
catequistas y aprovechemos el esfuerzo que significa preparar una
peregrinación, y hacerlo con alegría es el mejor testimonio.
¡Nos vemos en las peregrinaciones
de cada Vicaría!!!
S.E.R Mons. Ernesto Giobando s.j.