martes, 18 de septiembre de 2018

2do Encuentro previo a la #PereChicos18


Encuentro 2
María nos enseña a ser hermanos


Objetivo para nuestro encuentro:
Pedirle a María que nos ayude a vivir como hermanos

Motivación:
Volvemos a posicionarnos frente a la Virgen María para poder contemplarla.

Desarrollo:
Luego de ese ratito con la mirada puesta en María, avanzaremos sobre lo que la imagen nos despierta.
Nos preguntamos?
¿Qué vemos, qué nos llama la atención, qué significa tal o cual cosa? Las preguntas se desprenderán de la advocación elegida. Iremos tomando todas las respuestas.
Luego nos enfocaremos en contemplar las manos de María.
¿Cómo están en la imagen, extendidas, unidas en oración, cerquita del pecho como las lleva la Virgencita de Luján, cargando con Jesús Niño, lleva Rosario, Escapulario, o algún otro elemento?

Las manos de María, sin duda son las manos más santas, suaves y tiernas que hemos de conocer.
Manos que habrán amasado con delicadeza el pan todos los días, que habrán pelado las papas para un rico guiso, manos que cargaban vasijas con las que se recogía el agua del pozo.
Manos que cocían la ropa rasgada, rota de los hombres de la casa, de Jesús seguro por haber estado jugando con sus amigos, quizás trepándose a algún árbol y de José, seguro por haberse enganchado con algo en la carpintería.
Manos que lavaban la ropa en el agua fría de lavandero de Nazaret, o que al ritmo de alguna suave melodía limpiaban el polvo de la casa.
Manos que ayudaban a cargar trozos de madera, quizás cansadas, pero siempre dispuestas al esfuerzo.
Manos especialistas en recoger la cosecha, en descubrir las uvas maduras. Como también,  en juntar simples juguetes de madera.
Manos dispuestas a pedir la bendición de la comida, y a dar gracias.
Manos de caricias tiernas y abrazos cálidos, aun en las más frías noches de inverno.

Esas manos llenas de ternura siguen ahora dispuestas desde el Cielo a consolar a los tristes y afligidos, a acariciar a los que se sientan preocupados o angustiados, a ayudar en la limpieza de la suciedad de corazones humanos, manos capaces de recibir a los marginados, excluidos, a los que los dejan de lado, a los no queridos, manos siempre dispuestas y entregadas a rogar por los enfermos. Manos juntas en alabanza y oración constante. Manos generosas, y desprendidas, capaces de darlo todo y siempre tendidas y abiertas esperando el abrazo de nosotros sus hijos

¡Qué lindas las manos de María!
Dejémonos acariciar por ellas.
¿Y nuestras manos? ¿Cómo son y/ o están nuestras manos?

Hagamos este ejercicio, abramos nuestras manos y volquémoslas con las palmas hacia arriba, contemplémoslas unos instantes…y pensemos…
¿Cómo se sentirán nuestras manos siendo parte de nosotros? Si pudieran hablar ¿qué dirían?  Ahora mirándolas, reflexionemos un poquito sobre nuestras manos.
¿Colaboran en casa, ayudan al que necesita, toman de la mano a otras manos o dejan de lado a alguna, reparten amor, transmiten alegría, comparten y parten o se quedan con cosas, buscan unirse a otras manos, hacen mucha fuerza como tirando de una cuerda para el mismo lado que tirarían mis amigos y hermanos o buscan romper algo o dividirlo, se juntan o se elevan para rezar, son capaces de extenderse para ayudar al que está caído? …

La devoción a María no consiste en contemplarla simplemente como si estuviéramos mirando un cuadro en un museo, sino se trata de imitarla, de reproducir su imagen en nuestro corazón y en nuestra vida.

Actividad:
Las manos representan el hacer, son instrumentos de acción. Las manos nos permiten transformar y
crear. Cómo podemos expresar a través de nuestras manos que somos hermanos.
¿Lo compartimos?
Ofrecemos nuestras manos como símbolo de querer vivir como hermanos
Dibujaremos nuestra mano sobre una hoja o cartulina, la recortamos por su contorno.
La pintamos o decoramos. Podremos escribir dentro frases sobre la unidad y el ser verdaderos hermanos. Le colocamos un palito y un par de pétalos para convertirla en una flor. Se las ofrecemos como regalo a María ¡Podemos llevarlas a la Pere!
¿Y si hacemos unas gigantes para llevar a la Pere?

Compromiso:
Tender siempre una mano, tomarnos de las manos como verdaderos hermanos.

Oración:
Tomados de la mano, rezamos el Padrenuestro.
Con las manos juntas, muy cerquita del corazón, rezamos un Ave María.
Moviéndolas con alegría, y aplaudiendo, cantamos una linda canción a María.
Y también como gesto entre hermanos, nos abrazamos.

¿Sabías qué?

Contemplar es mirar algo con atención y sin prisa.
Mirar una cosa tranquila y atentamente.
Contemplar a María va un poquito más allá de simplemente mirarla, o mejor dicho es mirarla sí, pero con los ojos del corazón. Mirarla desde el corazón, lo que quiere decir mirarla con particular devoción, con respeto, amor y admiración para quien es la Mamá de Jesús y nuestra Mamá.


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