I
Dgo de Adviento – Ciclo C – Lc 3, 1 - 6
¡HUMILDES, SERVIDORES,
FRATERNOS!
En
este segundo domingo de Adviento, la liturgia nos pone en la escuela de Juan el
Bautista, que nos anima a un camino de conversión. Quizás nos
resulte raro porque pensamos que ya somos cristianos, todos buenos, que estamos
bien… Entonces nos podemos preguntar: ¿siempre tenemos los sentimientos de
Jesús?, ¿mostramos nuestra fe con valentía y sencillez?, ¿perdonamos de corazón
a los que nos piden disculpas?
Para
preparar el camino al Señor que viene, el Bautista nos da unas pistas… ¿Cuáles
son? Estamos llamados a rellenar los baches causados por la frialdad
y la indiferencia, abriéndonos a los demás con los mismos sentimientos de
Jesús, con cordialidad, con atención fraterna.
También
es necesario rebajar tantas asperezas causadas por el orgullo y la
soberbia, con gestos concretos de reconciliación, pidiendo perdón por nuestras
culpas. Los discípulos de Jesús estamos llamados a ser sus testigos humildes
pero valientes para reencender la esperanza.
Propuesta
para la semana:
tomamos palabras del Papa Francisco en el 2015 […]
“Y, si estoy enamorado de Jesús, debo darlo a conocer. ¿cómo no sentir la pasión de darlo a conocer a todos los que conocemos en el trabajo, en la escuela, en el edificio, en el hospital, en distintos lugares de reunión? ¡Sólo Él, Jesús, puede realizar todas las esperanzas del hombre!”
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