ADVIENTO - CICLO B
Comenzamos este tiempo que nos regala la Iglesia para preparar el corazón. Esperamos la venida de Jesús. ¡Él es nuestra alegría!
1º DOM. DE ADVIENTO
Encendemos la primera vela.
“Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!»” (Mc. 13, 37)
¡ATENCIÓN!
En este primer domingo de Adviento, queremos estar atentos a la venida de Jesús en la vida de cada uno de nosotros.
Jesús, danos un corazón atento.
Un corazón que se vacíe
de lo que nos distrae de Tu Amor
y de nuestros hermanos.
¡Te esperamos con alegría!
2º DOM. DE ADVIENTO
Encendemos la primera y segunda vela.
“Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.” (Mc. 1, 2)
¡ANUNCIEMOS!
En este segundo domingo de Adviento queremos, como Juan el Bautista, contarle a los demás que Jesús viene para todos. Su Amor no deja a nadie de lado, nadie queda afuera. Saber eso nos llena de alegría.
Jesús, queremos
compartir con los demás
la Buena Noticia de tu venida,
con palabras dulces y gestos llenos de ternura.
¡Te anunciamos con alegría!
3º DOM. DE ADVIENTO
Junto con las anteriores, encendemos la tercera vela.
“Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de Él.” (Jn. 1, 6-7)
¡SER TESTIGOS!
En este tercer domingo de Adviento queremos ser tus testigos ante un mundo oscurecido por la tristeza, la desesperanza, la violencia.
Jesús, ¡somos testigos de Tu Amor por todos!
Acompañanos a dar tu Luz
a todos los que la necesiten.
Junto a Vos, las tinieblas del odio, del egoísmo,
de la indiferencia, de la violencia,
no tienen poder sobre nosotros.
¡Iluminemos con alegría!
4º DOM. DE ADVIENTO
Junto con las anteriores, encendemos la cuarta vela.
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». (Lc. 1, 38)
¡RENACE LA ALEGRÍA!
En este cuarto domingo de Adviento, renace la alegría en nosotros ante el anuncio del nacimiento de Jesús y el Sí generoso de María.
Jesús, junto al Sí de María
queremos dar nuestro Sí
a la voluntad del Padre
que es todo Amor,
para recibirte en nuestros corazones.
¡Vos sos nuestra alegría!
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