Diciembre con Jesús!!! El Niño llega con Sorpresas!!!
Sí hiciéramos una
propaganda, copiando una famosa que vemos por la tele cada mes cuando nos
hablan de su nueva promoción, no nos sorprenderíamos tanto. Es más, seguro en
breve aparece la de todos los años que dice: “Verano en …..” y a continuación
cantidad de programas o películas dicen que van a arrancar con el año.
Con Jesús, todo
es distinto. La Sorpresa, no es tan sorpresa o al menos, pareciera no serlo. ¿La
sorpresa es que nace? ¿Qué nos trae paz? ¿Qué viene con su pesebre lleno de
esperanza? Nada de esto podría sorprendernos… o sí. No deja de sorprender la
esperanzada paciencia de Dios para con sus hijos. Así el Señor nos sigue
enseñando, la Paciencia y la Esperanza, son primas hermanas. Cada año, la
liturgia nos propone un ciclo que se repite sin cesar: Adviento, Navidad, TN,
TO, Cuaresma, Pascua, TP, TO y así hasta el infinito (y más allá). Y entonces,
cada año, se da esta repitencia. En tiempos en que todo debe ser original,
nuevo, rápido, creativo, sorprendente, nuestro Dios nos sorprende con lo mismo.
Lo curioso es que,
en la dinámica de Dios, esto que parece viejo, recontraconocido, vivido, hecho
experiencia, casi agotado, se hace nuevo.
Nueva se hace la
posibilidad y la necesidad de construir, reconstruir, reciclar, La Paz, cuando
el mundo la necesita incansablemente. Una paz que no llega mágicamente y que
clama el compromiso de cada uno para poder hacerse presente. El mundo, nuestra
casa, el colegio, la parroquia, el club, el barrio, la sociedad, necesitamos
transitar La Paz.
Nueva se hace la
posibilidad del Amor. Un amor, que inspirado en aquel “que nos amó hasta el
final”, nos haga reconocernos hermanos, nos mueva a la solidaridad, al estar
atentos, a la escucha, al cuidado, al acompañar y abrazar a aquel, aquellos,
que sufren, están solos o simplemente necesitan de alguien.
Nueva se hace la
posibilidad de la Esperanza. Esperanza que es Nacimiento y que será, dentro de
un tiempo, Resurrección. Él, que hace nuevas todas las cosas, cada año nos
regala el tiempo esperanzado de volver a comenzar. Cuántas veces en la vida nos
habremos dicho: “si pudiera volver el tiempo atrás, esto lo haría de otro
modo”. La Esperanza del Niño que nace nos da otra oportunidad mirando para
adelante, con la experiencia de lo vivido mirando para atrás. La Esperanza que”
Dios con nosotros” trae, es esperanza de misericordia que no necesita borrar lo
hecho, sino que ofrece la oportunidad de volver y seguir construyendo.
Este año que va a
iniciar nos toca acompañar cuidar y dar testimonio viviendo un Año Jubilar, al
que nos invita Francisco, haciendo carne la experiencia de que “La Esperanza no
defrauda”. Propongámonos un nuevo año en nuestras catequesis donde el acento esté
en el Caminar con nuestros chicos y chicas hacia la Esperanza, mirando nuestro
alrededor, descubriendo en lo cotidiano al “Dios pasando por aquí”, sabiendo
que al ponernos en camino, como nos dice el Papa, buscamos llenar de sentido
nuestra vida y la de todos los que nos rodean.
Diciembre con
Jesús, es abrirnos al Dios que llega con sorpresas, aquellas que siendo
“viejas” se hacen Nuevas en su infinita esperanza, que nos regala una y otra
vez la posibilidad simultánea de empezar-seguir-reconstruir-creer.
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