Estos
últimos días vivimos en la Iglesia un momento muy especial con la canonización
de Juan XXIII y de Juan Pablo II. Históricamente este hecho es también muy
significativo, ya que la ceremonia contó además con la presencia de dos papas,
Benedicto XVI y Francisco, que concelebraron para regalar a toda la Iglesia la
santidad de sus antecesores.
Vamos a compartir la oración de preparación a la fiesta de Pentecostés
rezando con nuestros últimos cuatro papas, reconociendo también en ellos que su
trabajo y servicio para toda la Iglesia es guiado, asistido e impulsado por el
Espíritu Santo que inspirándolos les regala la fuerza para guiar a todos los
bautizados hasta el encuentro del Señor Jesús. (Y también para aquellos que no
conocen la Buena Noticia puedan acercarse a ella).
Lo haremos rezando con algunas frases que nos regalaron y que nos
ayudarán a disponer el corazón para que podamos recibir los dones del Espíritu
Santo.
Podemos preparar un afiche con un camino y un espacio para poner
alguna imagen de los cuatro papas, junto con la frase, y que tiene como llegada
la Fiesta de Pentecostés.
DÍA 1: Juan XXIII.
El Espíritu Santo nos contagia su bondad
Hoy vamos a
rezar con San Juan XXIII y le vamos a pedir al Espíritu Santo que nos regale el
don de la bondad. Justamente, este papa fue conocido como el Papa Bueno. Uno de
sus grandes regalos fue lo que se dio a llamar: “ El decálogo de la serenidad”.
Constaba de diez frases que empezaban diciendo “Sólo por hoy…” y se continuaban
con un propósito a seguir. Compartimos en nuestra oración este que nos viene
muy bien.
Dijo San
Juan XXIII en su decálogo: “Sólo por hoy no tendré miedo de gozar de lo que es
bello y creer en la bondad”.
Leemos en el
evangelio que escribió San Mateo (Mt 3,16-17):
“Apenas fue
bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se le abrieron los cielos, y
vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se
oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo
puesta toda mi predilección”».
Pidamos al Espíritu que nos regaló en el bautismo el poder ser cada
uno de nosotros también hijos predilectos, la fuerza para que no dejemos de ser
buenos, amables y generosos con nuestros hermanos, no haciendo gala o alarde de
lo que hacemos sino siendo sencillos y humildes.
Rezamos juntos
Espíritu Santo
hoy te pedimos
que nos regales tu bondad
para que atentos a las necesidades
de todos nuestros hermanos
seamos con cada uno de nuestros gestos y palabras
constructores de tu Reino.
Amén
DÍA 2: San Juan Pablo II
El Espíritu Santo nos contagia su Paz
Para nuestro
país, la presencia de San Juan Pablo II fue muy importante. En momentos en los
cuales la paz corría peligro (la pelea con Chile) o cuando vivimos la tristeza
de la Guerra de Malvinas, su mediación y su trabajo por la paz dijeron
presente.
Construir la
Paz es un esfuerzo de todos los días, donde hombres y mujeres de todo el mundo
debemos poner lo mejor de nosotros para sostenerla, cuidarla y mantenerla.
Nos decía
San Juan Pablo II: “La Paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad,
justicia, amor y libertad”
Leemos en el
evangelio escrito por San Juan (Jn 14,26-27)
“Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que
el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he
dicho. Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo.
¡No se inquieten ni teman!”
La promesa
de Jesús nos trae el Espíritu Santo, que nos ayuda a descubrir el profundo
sentido que la Paz del Señor nos regala. Recemos juntos para que nuestro
corazón se llene de esta Paz y que sin guardarnos nada para nosotros la
compartamos para construir un mundo en el que vivamos en la verdad, la
justicia, el amor y la libertad.
Para
terminar podemos cantar alguna canción al Espíritu Santo.
DÍA 3:
Papa Benedicto XVI
El Espíritu Santo nos contagia su amor
“Si dejamos
que el amor de Cristo cambie nuestro corazón, entonces nosotros podremos
cambiar el mundo. Ese es el secreto de la auténtica felicidad”.
Con estas
palabras, el papa Benedicto nos ayudaba a pensar que lindo y bueno es dejar que
el amor nos llene el corazón. A veces no se nos hace tan fácil hacerlo por
nuestra propia cuenta y allí es donde se muestra con toda su fuerza y bondad el
Espíritu Santo. Es su Amor el que nos llena de amor para que con un corazón
nuevo renovemos el mundo.
Recemos
juntos en este tercer día y pidamos al Espíritu el don del Amor para
transformar el mundo y animarnos a ser felices.
Espíritu de Amor
vení a nuestro corazón
para que contagiemos al mundo
la alegría de tu bondad
y nadie pierda la oportunidad
de ser feliz.
Amén
DÍA
4: Papa Francisco
El Espíritu Santo nos contagia su Esperanza
Leemos en el
evangelio de San Lucas (Lc 1,35)
El Ángel le
respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
Con estas
palabras, el ángel Gabriel le dijo a María que iba a ser la mamá de Jesús. Y
cuando María le dijo que sí, nos llenó de esperanza, esa esperanza que nos
regala poder decirle a Dios que somos sus hijos y Él nuestro Papá. Esa
esperanza que la virgencita siempre cuidó y nunca perdió, ni en los peores
momentos.
El Papa
Francisco nos regala una frase muy linda que nos ayuda en este día a rezar al
Espíritu Santo: “Nunca se desanimen, no dejen que la esperanza se apague”.
Recemos
juntos al Espíritu, para que no perdamos la esperanza, que siempre la
mantengamos en alto aún en los momentos más difíciles, y en especial vamos a
rezar por todos los que están atravesando alguna dificultad para que se sientan
acompañados por nuestra oración.
Rezamos
juntos, repitiendo después de cada frase, esta oración del Papa Francisco:
Espíritu Santo
que mi corazón esté abierto a la Palabra de Dios
que mi corazón esté abierto al bien,
que mi corazón esté abierto
a la belleza de Dios, todos los días.
Amén
DÍA 5.
Con toda la Iglesia, te decimos: Espíritu
Santo ¡Ven!
Este domingo
vamos a celebrar con toda la Iglesia la fiesta de Pentecostés. El Espíritu
Santo nos colmará con sus dones, nos regalará la fuerza para anunciar la Buena
Noticia, nos hará constructores de un mundo nuevo.
Leemos en el
libro de los Hechos de los apóstoles (Hch 2,2-4)
De pronto,
vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en
toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como
de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el
Espíritu les permitía expresarse.
Le pedimos
juntos al Espíritu que en esta, su fiesta, descienda sobre todos nosotros y nos
haga, igual que los discípulos, capaces de contagiar a todo el mundo la fuerza
del amor de Dios.
Repitamos
juntos
Ven Espíritu Santo
llená nuestros corazones,
despertá en ellos tu amor,
ayudanos a construir un mundo mejor,
donde guiados por la verdad, la justicia
la paz y la libertad,
podamos todos contagiarnos
la felicidad que el Padre del cielo
nos quiere regalar.
Amén
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