miércoles, 29 de julio de 2015

Revista de la Peregrinación: “Todos con María, llevamos a Jesú

Nos estamos preparando para salir a nuestras calles de la Arquidiócesis en la ya conocida Peregrinación Mariana Infantil. Sí, los chicos salen a nuestras calles y con su alegría y ganas de pasarla bien, junto a otros niños y niñas de tantas parroquias nos comprometemos una vez más: ¡Todos con María, llevamos a Jesús!

Una cosa es salir a caminar, otra cosa es PEREGRINAR. ¿Saben cuál es la diferencia? Los peregrinos tienen una meta, un fin, un punto de llegada. Los que pasean pueden ir de un lado a otro, es como pasear las mascotas, hoy vamos para allá, mañana por acá.  Peregrinar es una cuestión más del alma que del cuerpo, es una llamada más de lo interior. No importa por qué calles vamos, ni por cuantos shopping pasamos, no nos detenemos en las vidrieras, la verdad que estamos ese día para otra cosa.

Y el que peregrina no lo hace solo, peregrinamos con otros, en grupo, en comunidad. Peregrinamos como Iglesia de Buenos Aires, peregrinamos con nuestros catequistas, seminaristas, religiosas y sacerdotes. Nuestros niños salen a las calles y dicen con su presencia y caminar: ¡Todos con María, llevamos a Jesús!

Sabemos que nuestro Padre Dios camina con nosotros, sentimos su presencia en tantas maravillas de la creación, en tantas personas buenas que hacen el bien a los demás y sin cobrar un peso. Y Dios tanto nos quiere, que nos envió a su Hijo para que caminase con nosotros, mejor dicho para que peregrinara en este mundo. Y antes de su Encarnación, eligió a su Mamá. Esa muchachita humilde de Palestina, comprometida con José, esa virgencita sencilla y de gran corazón, ella es la Madre del Salvador. María lleva en su vientre purísimo a Jesús, lo lleva con amor de madre y con amor de creyente, porque le creyó al Ángel, le creyó a Dios.

Y lo primero que hizo María cuando concibe a su Hijo, es ir a visitar a su prima Isabel, en las montañas de Judá. Y allí María comienza a peregrinar, llevando a Jesús. Sabemos que cuando se encuentran, el niño que llevaba Isabel en su vientre saltó de alegría al reconocer que en la pancita de María estaba el mismo Jesús.

Nosotros también tenemos que saltar de alegría, no porque gana mi equipo de fútbol favorito, esas son alegrías pasajeras. Tenemos que saltar de alegría porque ¡Todos con María, llevamos a Jesús!

Llevar a Jesús es la misión de los cristianos, llevarlo en nuestro corazón, pero también hacerlo conocer a quienes no lo conocen. Muchos dicen que creen en Dios pero no conocen a Jesús. Nos acordamos que nació en Navidad y que murió en Semana Santa. Pero Jesús vive, resucitado, por eso cada domingo es Pascua, es Día del Señor. Y si Jesús vive tenemos que tener vida en abundancia. Lamentablemente para muchos la vida no vale nada, hay tantas muertes violentas, tanta guerra, tantas armas, tanta pobreza. Pero los que llevamos a Jesús tenemos que anunciar: ¡Jesús vive! Y no está perdida la esperanza, aunque tengamos que sufrir. Jesús venció a la muerte, aunque tengamos que morir para resucitar.

Caminemos entonces, caminemos peregrinando, y peregrinando anunciemos a Jesús. Hagámoslo como María, con alegría, con humildad, con valentía, con generosidad. No son palabras de relleno, pensemos un poquito su significado y compartamos estos meses previos de preparación. No salgamos en agosto a “dar una vuelta” con los chicos de la parroquia. Salgamos a peregrinar nuestras calles y misionemos, porque de misión se trata la vida del cristiano, por eso digamos una y cien veces: ¡Todos con María, llevamos a Jesús!


No hay comentarios.:

Publicar un comentario