jueves, 25 de febrero de 2016

Año de la Misericordia: Aprender de los santos - Mes de Marzo

“Perdonar las ofensas junto a Teresa de Calcuta”

La Madre Teresa de Calcuta fue una mujer que se hizo famosa en todo el mundo por dedicar su vida a ayudar a los más pobres.
Nació en 1910 en Macedonia, en una familia católica. Desde muy niña sintió la necesidad de pertenecer a la Iglesia y a los 18 años se fue a Irlanda para recibir formación religiosa y allí se hizo monja.
Estuvo veinte años trabajando como maestra en un colegio para chicas, pero un día pensó que lo que realmente quería era ayudar a los más necesitados, así que lo dejó todo y fundó una congregación religiosa a la que llamó Misioneras de la Caridad, en la India. Se vistió con ropas blancas bordadas de azul, y a partir de entonces, se internó en los barrios más pobres de Calcuta para ayudar a los hambrientos, a los enfermos de lepra, a los niños abandonados, a los tuberculosos… Se mezclaba con todos ellos para proporcionarles ayuda y consuelo. Poco a poco se fueron uniendo más misioneras a su congregación para dedicar también su esfuerzo y su vida a luchar por la gente más abandonada de la sociedad.
A partir de 1965, la Madre Teresa expandió su orden religiosa a muchos países, para que en otros lugares donde también existiera pobreza, se crearan centros como el de Calcuta. Se fundaron en Venezuela, Italia, Tanzania… y así hasta más de 600 que existen hoy en día en más de 123 países del mundo.
Pronto su fama se extendió por todo el planeta, y recibió muchos premios. El más importante fue el Nobel de la Paz, en 1979.
Los últimos años de su vida tuvo problemas de salud, y hasta el mismo Papa Juan Pablo II le rogó por su bien que dejara de trabajar. Pero la Madre Teresa siguió ayudando sin descanso a miles de personas que vivían en la miseria, hasta el final de sus días.
Falleció en 1997 y el mundo entero lloró su muerte. En 2003 fue beatificada por el Papa Juan Pablo II. Hoy en día está considerada una de las personas más importantes del siglo XX.
Aprender a perdonar como la Madre Teresa
Nuestra querida Madre Teresa, cuando le preguntaron sobre la misericordia de Dios, respondía de esta manera:
“El Padre amoroso está siempre dispuesto a perdonar y no hay que ir lejos a buscarlo.  Está justo dentro del corazón de cada uno, amándonos, llamándonos, protegiéndonos.”
“Necesitamos mucho amor para perdonar y mucha humildad para olvidar, porque el perdón no es completo, si no olvidamos también.  Y mientras no podamos olvidar, no hemos perdonado del todo, y así nos hacemos daño los unos a los otros.  Sacamos a relucir lo ocurrido en el pasado y continuamos repitiéndolo, lo que significa que no olvidamos.”
“Necesitamos humildad para olvidar”
“La humildad es una de las cosas más hermosas que Jesús nos pide: -Aprendan de mí, porque soy manso y humilde de corazón-.  El pide ser manso con los demás y humilde con Dios.  Mansedumbre, humildad, amor, compasión o como lo quieras llamar, completa ese perdón.  Porque antes de perdonar a alguien tenemos que darnos cuenta que necesitamos ser perdonados, y de ahí viene la humildad de corazón.”
“PERDONAR ES LA PRESENCIA MÁS GRANDIOSA DE LA PAZ”
Así pensaba esta monja santa, mientras daba su vida por los enfermos pobres de muchos lugares del mundo.
Dios nos perdona porque es y nos da su infinita misericordia, nos la regala todo el tiempo, para que nosotros, sus hijos, seamos felices.
Ahora nosotros...
¿Y si ahora que la conocemos un poquito, tratamos de seguir sus enseñanzas?
¿Te parece difícil perdonar?...   ¿Y pedir perdón?

¿PROBAMOS?  ¡¡¡VALE LA PENA!!!!

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