Vamos a
compartir la oración de preparación a la fiesta de Pentecostés
reconociendo que el Espíritu Santo es el que nos anima, nos da fuerza y nos regala la alegría de vivir en el amor.
Podemos elegir distintas obras de misericordia
según la realidad de la comunidad y armar con ellas una cartelera. Al lado
colocamos una caja con muchas llamas de fuego, o palomas, o corazones. Los
chicos podrán colocar cada día, alguna de estas imágenes en la obra de
misericordia que se hayan comprometido a vivir y lo hayan hecho.
Día 1: Pidan y se les dará
Hoy rezamos pidiendo al Espíritu Santo que nos
ayude a descubrir todos los talentos, dones y el amor que nos regala para dar y
compartir. Le pedimos ser generosos para compartirnos con alguien que nos esté
necesitando.
Escuchamos a Jesús: Lc.11,9-10.13b
“Yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la
puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y,
al que llame a una puerta, se le abrirá….cuanto más el Padre del cielo dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan.”
Juntamos nuestras manos y decimos:
Espíritu Santo
que nuestro corazón
esté abierto a la Palabra de Dios
para hacer siempre el bien
y ayudar a nuestros hermanos. Amén
Día 2: Ámense los unos a los otros
En este día el Espíritu Santo nos quiere regalar
los mismos sentimientos que Jesús tiene en su corazón. Vamos a estar atentos y
mirando a nuestro alrededor descubrir qué servicio, qué ayuda podemos ofrecer y
regalar.
Escuchamos a Jesús: Jn. 13,34-35
"Les doy este mandamiento nuevo que se amen unos a otros. Ustedes
se amarán unos a otros como yo los he amado. Así reconocerán todos que ustedes
son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros.”
Juntamos nuestras manos y decimos:
Espíritu Santo
llená nuestro corazón
con los sentimientos del corazón de Jesús
para vivir como sus amigos. Amén
Día 3: Estén siempre alegres
Si miramos en nuestro interior, si miramos nuestra
vida seguro encontramos que somos muy felices y es el Espíritu de Jesús, el
Espíritu Santo el que nos regala esta alegría. Hoy rezamos por todos los que
están atravesando alguna dificultad para que se sientan acompañados por nuestra
oración y nos comprometemos a consolar a los que encontremos tristes.
Escuchamos a Jesús: Lc. 10, 21
“En ese mismo momento, Jesús movido por el Espíritu Santo, se estremeció
de alegría y dijo: “Yo te bendigo, Padre, porque has ocultado estas cosas a los
sabios e inteligentes y se las ha mostrado a los pequeñitos.”
Juntamos nuestras manos y decimos:
Espíritu Santo
te pedimos que contagiemos a todos la alegría de tu
bondad
y nadie pierda la oportunidad de ser feliz.
Amén
Día 4: Discípulos y misioneros
Con el Espíritu Santo los apóstoles comenzaron a
anunciar con toda valentía el amor de Jesús, su Reino. Le pedimos que nos siga
dando su fuerza para decir con mucha libertad el amor que tenemos por Jesús y
lo mostremos con nuestras obras y nuestros gestos.
Escuchamos a Jesús: Mateo 28,18-20
"Entonces Jesús, acercándose, les habló con estas palabras: “Todo
poder se me ha dado en el Cielo y en la tierra. Por eso, vayan y hagan que
todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he
encomendado. Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este
mundo.”.
Juntamos nuestras manos y decimos:
Espíritu Santo
danos la
valentía
para anunciar a todos el amor de Jesús,
la buena noticia de su Reino.
Amén
Día 5: Rezamos con María
María siempre se confío al Espíritu Santo, y nos
enseña a creerle y rezarle. Ella esperó su llegada con los apóstoles,
acompañándolos.
Le pedimos al Espíritu Santo que podamos como la
Virgencita ser obedientes a la voluntad de Dios.
Escuchamos la palabra de Dios: Hech.1,14. 2,1-4
“Todos ellos perseveraban en la oración y con un mismo espíritu, en
compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
[…] Cuando llegó el día de Pentecostés estaban
todos reunidos en un mismo lugar. De pronto vino del cielo un ruido,
como el de una violeta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde
estaban.se les aparecieron unas lenguas
como de fuego, que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de
ellos y quedaron llenos del Espíritu Santo”.
Juntamos nuestras manos y decimos:
Ven Espíritu Santo,
ayúdanos a construir
un mundo mejor,
a ser mensajeros de paz y solidaridad.
Amén
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