A LA ESCUCHA DE LA
PALABRA
En la Oración por el Sínodo Arquidiocesano decimos
como Pueblo de Dios que queremos ponernos en camino… “a la escucha de la Palabra de tu Hijo y escuchándonos entre nosotros”.
Y es en esta actitud que queremos detenernos y proponerles un encuentro, que
puede tener el formato de Convivencia, para los chicos y sus familias. Cada
comunidad, cada grupo puede adaptarlo a sus necesidades y características
particulares.
El objetivo de la misma es compartir un tiempo para
detenernos y reflexionar sobre nuestras actitudes ante la Palabra de Dios.
·
Recepción: tener preparado algo rico para recibirlos
mientras esperamos que lleguen todos.
·
Juego integrador: Los chicos y los grandes (animadores incluidos)
nos ponemos en ronda y cada uno dice en voz alta la fruta (puede ser la comida,
el color, etc.) que más le gusta. Una vez que todos lo dijeron, el animador les
pide que se agrupen por fruta, en caso de que haya algunas mencionadas que
pocas personas eligieron forman un grupo entre ellas. Cada persona se
presentará ante su grupo diciendo su nombre, edad, a qué se dedica.
·
Dinámica
El animador
invita a 3 nenes y sus papás para lograr realizar la consigna dada.
ü CONSIGNA: armar una
pirámide de vasos descartables en 1
minuto.
ü SITUACIONES:
Grupo 1: Tendrá los oídos tapados: no puede escuchar la
consigna.
Grupo 2: Lo tiene que armar sobre una tela sostenida por 2
personas, (no puede porque la base no es firme).
Grupo 3: Arma la pirámide sobre una mesita: logra la
consigna.
·
REFLEXIÓN: ¿quién ganó? ¿Por qué?
-
le interesó participar en el juego.
-
Escuchó la consigna dada.
-
Tenía una base firme para apoyar la
pirámide.
·
Lectura y reflexión de la Palabra de Dios: invitamos a los padres junto a los nenes a
agruparse de a 5 ó 6 familias.
Lectura de Mt 7, 24 –
27 . Si fuera necesario, les
explicamos a las familias cómo buscamos una cita en el Evangelio. Si los chicos
ya lo saben, lo pueden compartir con sus papás.
Lo leemos y
preguntamos:
¿Quién dice lo que
recién leímos?
¿Qué tenemos que hacer
con la Palabra de Dios?
¿A quién se parece el
que escucha y vive la Palabra de Dios?
¿Pudieron las tormentas
derribar la casa? ¿Por qué?
¿A quién se parece el
que escucha la palabra pero no la practica?
¿Qué pasó con su casa y
la tormenta? ¿Por qué?
Comparamos estas
imágenes con el juego de la dinámica:
¿Cuántos
equipos había? 3
¿Cuántos
ganaron? 1
¿Y
el resto? Uno no escuchó; otro no tenía
una base firme y no pudo armar la pirámide, se caían los vasos.
Según
la Palabra de Dios, ¿quién es la base firme de nuestra vida?
·
Actividad para los
chicos:
Ø
Compartir
el video La casita sobre la roca en www.youtube.com/watch?v=XjE4CIvGW-E
Ø
Cantar
la canción.
LA CASITA SOBRE LA ROCA
Un hombre quiso edificar
En una playa, junto al mar,
Piedras acarreó, muros construyó,
Y en la blanda playa,
Su casita levantó.
Llegó la lluvia y el temporal,
Vinieron grandes olas del mar,
El agua salió,
La playa inundó,
Se llevó la
casa
Y aquel hombre fracasó.
Si construimos nuestra vida sin Dios
Nuestra casita se va a destruir,
Jesús es roca firme y segura,
Con Él sin miedo podremos vivir. (Bis).
Un hombre sabio fue a construir,
Sobre una roca que había allí,
Y le dijo a Dios,
“Yo soy tu albañil,
Y Tú el arquitecto
Que me debe dirigir.”
Vino la lluvia y el vendaval,
Vino el torrente con su caudal,
Por más que empujó,
Con mucho furor,
La roca de Cristo
Los embates soportó.
Ø Armado de carteles
con frases sobre la Palabra para colocar en el templo para la bendición
final.
FELICES LOS QUE ESCUCHAN LA PALABRA DE DIOS Y LA PRACTICAN.
TU PALABRA, SEÑOR, ES LA
ROCA QUE SOSTIENE NUESTRA VIDA.
·
Actividad para los papás:
Los animadores de cada grupo invitan al
diálogo:
-
¿Hablan de Jesús en casa?
-
¿Por qué lo hacen, cuándo?
-
¿Qué comparten sobre Él?
-
¿Rezan juntos?
-
¿Alguna vez leyeron la Palabra de Dios o lo hacen
con frecuencia? ¿Por qué?
-
Jesús está con nosotros y nos habla… ¿Nos animamos
a preguntarle a Jesús? ¿Qué le preguntamos? ¿Qué piensan que nos preguntaría
Jesús?
CONCLUSIÓN: A nosotros nos puede pasar lo mismo que sucedió
en el juego del armado de la pirámide de vasos, con la Palabra de Dios:
-
tenerla y que
no nos interese.
-
solamente
escucharla pero no vivirla.
-
tener interés
en conocer esa Palabra, escucharla con un corazón dispuesto y vivirla cada día
en la familia, en el cole, en el trabajo, en el barrio.
Dios siempre tiene algo
para decirnos, tenemos que disponernos a escucharlo. Si bien cada vez que
celebramos Misa lo hacemos, podemos escuchar Su Palabra todos los días y, con
su gracia, vivirla, practicarla.
Una propuesta para leer
las Sagradas Escrituras
Lectura: ¿qué dice el
texto?
Se lee un párrafo de las Sagradas Escrituras
–preferentemente el Evangelio del día- con calma y atención, como si fuera la
primera vez. Se busca entender lo que se lee.
Meditación: ¿qué me dice
el texto?
Agudizamos el oído interior, con paciencia y
perseverancia, buscando escuchar a Dios que nos habla por medio del texto
sagrado. Él quiere decirme algo para mi vida.
Oración: ¿qué le digo a
Dios?
A partir de lo leído y meditado le hablo a Dios con
toda sinceridad y confianza, con la certeza de que Él todo lo puede en quien
nada puede.
Compromiso: ¿qué me
dispongo a hacer?
La Palabra recibida con fe siempre invita a una
sincera conversión: a pensar, sentir, querer y actuar según el plan de Dios.
Hago un propósito concreto.
·
Oración comunitaria y bendición final
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