Ya hemos recorrido a
lo largo del subsidio el lema en torno al cual nos reunimos este año para
celebrar la fiesta de Jesús. Para ella queremos prepararnos durante estos
cuatro día, para que nuestro corazón llegue lleno de Jesús y de esta manera nos
animemos a contagiarlo al mundo entero.
No se olviden de
preparar y mandar imágenes de nuestro colegio y sus chicos haciendo un corazón,
representando alguna de las canciones del concurso, con su coreografía, para
que podamos disfrutarla en la previa de la misa en las pantallas gigantes del
estadio.
Propuesta de Oración.
Los invitamos a
prepararnos armando un gran corazón al que podamos agregarle las palabras que
nos servirán como guía en nuestra oración y que precisamente brotan de un
corazón entregado sin medida a Jesús.
Primer día:
Jesús danos un corazón para contagiar: Amor
Leemos en la carta a
los Efesios: Que
Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el
amor. Así podrán comprender, con
todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer
el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la
plenitud de Dios.
Cuando nuestros corazones se llenan del amor de Jesús,
todo se hace distinto. Nosotros parecemos distintos. Porque al estar Jesús
presente en nuestros sentimientos, en lo que pensamos, en nuestros gestos, el
mundo comienza también a verse de otra manera. Solo tenemos que dejar que Él
habite, que Él se quede, sabiendo que nuestro corazón se hace generoso para
recibirlo y para regalar y contagiar a los demás todo los que Jesús nos regala
y contagia.
Recemos juntos (podemos rezar la primera estrofa e ir
repitiendo con los chicos)
Señor
queremos pedirte
que
nos regales tu amor
queremos
tus sentimientos
para
hacer un mudo mejor
Un
corazón como el tuyo Señor
te
venimos a pedir
Un
corazón como el tuyo Jesús
para
poder compartir.
Segundo
día:
Jesús
danos un corazón para contagiar: Perdón
Leemos en el evangelio que escribió San Mateo: Mt 6,21
Allí
donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.
Palabra
del Señor
Hay un tesoro que Jesús nos comparte desde la bondad de
su corazón y ese tesoro es el Perdón. Un tesoro que el mundo hoy reclama que
pongamos en práctica. Aprender a perdonarnos entre las familias, aprender a
perdonarnos en la escuela, entre los amigos y amigas, entre la comunidad, en la
ciudad, en el país, en el mundo. El corazón de Jesús está lleno de gestos de
perdón. Dios siempre nos está regalando ese perdón. La alegría de sabernos
perdonados, nos tiene que dar fuerzas para que nuestro corazón, contagiado del
de Jesús no se canse nunca de perdonar.
Vamos a cerrar un momentito los ojos, y vamos con todo
nuestro corazón a perdonar a alguien, en silencio, que por ahí no sabe que
estamos enojados, o vamos a pedir por alguien que sabemos que está enojado con
otro amigo o amiga y le pedimos a Jesús que le regale los sentimientos de su
corazón para que también pueda perdonar.
Terminamos rezando el Padre Nuestro y le pedimos
especialmente que aprendamos a perdonar con todo el corazón. (ponemos
especial énfasis en la parte “perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”)
Tercer
día:
Jesús
danos un corazón para contagiar: Paz
Leemos en el evangelio escrito por un amigo de Jesús
llamado San Juan
Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo.
¡No se inquieten ni teman!
Palabra del Señor
El corazón de Jesús es un corazón que nos ofrece mucha
Paz. Cuando nos dejamos contagiar por esta Paz, tenemos la gran posibilidad de
construir un mundo distinto, un mundo que lucha por la Paz, un mundo que quiere
que todos seamos tratados por igual, en el cual no hay diferencias de razas o
de creencias. Un mundo que, por la Paz que habita en su corazón, no se inquieta
ni tiene miedo, entonces somos respetuosos, tolerantes, bien predispuestos,
abiertos. Solo un corazón lleno de la Paz que trae Jesús, es capaz de contagiar
Paz a los demás. Hoy tenemos que comprometernos por construir la Paz. En el
mundo, en nuestro país pasan cosas que no nos dejan soñar con la Paz. Entonces
es necesario que cada uno se anime a se constructor de Paz y para eso contamos
con la mejor ayuda: La Paz de Jesús.
Recemos juntos, pidamos por la Paz en el mundo, en nuestro
país, en nuestro barrio. (Si lo creemos conveniente podemos citar situaciones
actuales de guerra, intolerancia, injusticias, etc.)
Jesús, danos un corazón como el tuyo
para que podamos ser constructores de paz
y que todos
como hermanos
siempre anunciemos tu palabra
que es camino, verdad y vida.
Jesús danos un corazón como el tuyo
para que podamos ser constructores de paz.
Cuarto
día
Jesús
danos un corazón para contagiar: Generosidad
Leemos en el evangelio que escribió el amigo de Jesús,
San Lucas:
Mientras
tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
Cuando hablamos de un corazón generoso, la primera imagen
que se nos aparece después de Jesús es la Virgen María. Si a alguien no le
vamos a poder ganar en generosidad, es a la virgencita. Desde que el ángel la
saludó, se notó que su corazón daba sin medida y desbordaba de generosidad. Era
tan generosa que cada cosa que hacía no salía a decirla, publicarla o gritarla
por la calle. Su generosidad quedaba en su corazón, como si guardando y
meditando cada cosa, ella pudiera llenarse cada vez más de Dios para animarse
cada día a ser más generosa. Y todos sabemos que el gran regalo de su amor
generoso es, ni más ni menos que el mismo Jesús.
Ya llegamos al final de estos días de preparación, la
fiesta de Jesús se acerca y para llegar bien preparados hoy nos tomamos de la
mano de nuestra mamá la Virgen María. ¿Por qué? Porque ella es tan generosa que
sabe que lo mejor que nos puede pasar es que nos encontremos con su hijo Jesús,
que lo descubramos, que lo dejemos llenar nuestro corazón con su amor, para que
nosotros también aprendiendo a meditar todo lo que nos ofrece, lo podamos
regalar a todos nuestros hermanos, con generosidad, como lo hizo María.
Podemos terminar juntos, rezando un Ave María, o cantando
alguna linda canción a la Virgen y terminando de armar nuestro corazón.
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