Encuentro Primera Comunión - 1
Podemos comenzar iluminando el
encuentro con la lectura Lc 18, 35-43
(“Curación de un ciego de Jericó”)
Una vez que leemos la Palabra,
les proponemos a los chicos la actividad.
ACTIVIDAD
Le damos a cada uno de los
chicos un espejo pequeño (en el caso de no conseguir la cantidad suficiente de
espejos para cada uno, se pueden utilizar tapas para bandejas de aluminio que
se consiguen fácilmente en las papeleras). Les vamos a pedir que se miren
detenidamente y que se dibujen como se ven. ¿Pudieron
verse bien? ¿Descubrieron algo que hasta ese momento no habían visto?
Luego, les vamos a dar una hoja
con la inscripción, “Así lo veo a Jesús…”
y, como no lo podemos ver, les vamos a pedir que lo dibujen tal cual se lo
imaginan. ¿Se parece a nosotros? ¿Todos
lo imaginamos igual?
Una vez que se pudieron ver a
sí mismos y pudieron imaginarse y dibujar a Jesús, pensamos:
Alguna vez, ¿pudimos ver a
Jesús en un amigo, en algún familiar, en algún vecino o en otra persona que
conozcamos?
¿Pudimos descubrir a Jesús en
algún gesto que hayan tenido con nosotros?
Cuando tengan la respuesta, la
van a escribir en la misma hojita donde dibujamos a Jesús diciendo: “Yo descubrí a Jesús en otro cuando…”.
La hoja puede estar dividida en dos para los dos momentos de la actividad con
las dos frases principales ya escritas.
Podemos pegar todas las hojas
en un afiche o en cartulinas y ofrecerlas el día de la Comunión, o bien
exhibirlas para que las familias puedan verlas a medida que vayan llegando a la
celebración.
Para finalizar el encuentro,
los invitamos a rezar juntos pidiendo por todos los chicos que muy pronto van a
recibir a Jesús en la Eucaristía.
Encuentro Primera Comunión - 2
Vamos a ambientar un salón como
si fuera el Cenáculo. Una mesa larga baja, almohadones en el piso (o no), todo
iluminado con velas. Tenemos que tener preparado un lugar especial para el
Santísimo. Un altar con un mantel, la imagen de la Virgen, una vela. Armar el
lugar de manera que resulte un lugar cálido, lindo, que propicie la oración y
el encuentro con Jesús.
En un primer momento, los
chicos van a estar afuera del salón. Los catequistas pueden explicar que van a
vivir un momento muy especial, que hay alguien muy importante que nos está
esperando para compartir un rato de oración entre amigos. Aquí, en la puerta
antes de entrar, les leemos Mt 18, 19-20
(“La oración común”). Una vez finalizada la lectura, entramos al salón y
nos sentamos con los chicos alrededor de la mesa, mirando al Santísimo.
Una vez que estamos todos
acomodados en el salón leemos Lc 22,
14-20 (“La comida pascual y la institución de la Eucaristía”). Podemos
señalar la similitud del lugar donde Jesús compartió una cena con sus amigos
por última vez y en el que estamos nosotros. ¿Cómo nos hace sentir? ¿Nos dimos
cuenta quién nos estaba esperando?
Habiendo compartido la Palabra,
nos disponemos a escuchar el siguiente audio: https://www.youtube.com/watch?v=OVFIRBurcMA
¿Sentimos
que nos habló a cada uno de nosotros?
¿Qué
sentimos cuando Jesús nos habla?
Podemos
invitar a los padres que lleguen un ratito antes para que participen en la
oración final y la bendición junto con Jesús y todos los chicos.
Sugerencia para los dos
encuentros propuestos:
Es importante crear un clima de
oración, donde prevalezcan la calidez y la belleza. Podemos poner una música de
fondo o invitar a algún catequista que toque la guitarra para cantar alguna de
las canciones que los chicos conocen mientras ellos desarrollan la actividad.
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