Para conocer y abrirnos a la misericordia de Dios necesitamos poner nuestra
mirada y el corazón en la persona de Jesucristo. “La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el
misterio del amor divino en plenitud.”
(MV 8, a )
Queremos celebrar con el corazón bien dispuesto!!
¡El Año de la Misericordia!
El Año de la misericordia fue convocado por el Papa Francisco para celebrar
el amor que Dios nos tiene y comprometernos a vivir misericordiosamente con
nuestros hermanos.
¡Cómo deseo que los años por
venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada
persona llevando la bondad y la ternura de Dios! (MV 5)
El lema del
Año de la Misericordia: “Misericordiosos como el Padre” (MV 14c), tomado
del Evangelio de San Lucas 6,36, propone vivir la misericordia siguiendo el
ejemplo de Jesús que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin
medida (cfr. Lc 6,37-38).
Bula de convocatoria “Misericordiae vultus”
Pero…
¿Cuándo
comienza el Año Santo? El Año de la Misericordia
comienza el 8 de Diciembre con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en
Roma.
En la Arquidiócesis de Buenos Aires nos uniremos, a esta apertura de la Puerta Santa , en la
fiesta de la Virgen Inmaculada
el día 8 de Diciembre. La persona y el ejemplo de la Virgen María nos ayudan a
recibir y vivir la misericordia con corazón de discípulos misioneros.
El domingo siguiente (III de Adviento) se realizará la apertura de la Puerta Santa en la Catedral de Buenos Aires
y se abrirán las puertas de las Iglesias Jubilares, para obtener en ellas el
don de la
Indulgencia Plenaria.
¿Para qué la Puerta Santa ? “Para que, a través de ella, cualquiera
que entre pueda experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece
esperanza”. (MV 3, b). El paso por la Puerta
Santa expresa el deseo de encontrarse con la misericordia de
Dios Padre.
¿Qué es vivir la Indulgencia ? “Vivir entonces la
indulgencia en el Año Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con
la certeza que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente.
Indulgencia es experimentar la santidad de la Iglesia que participa a todos de
los beneficios de la redención de Cristo, para que el perdón sea extendido
hasta las extremas consecuencias a la cual llega el amor de Dios. Vivamos
intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la
dispensación de su indulgencia misericordiosa.” (MV 22). En los templos elegidos como
Iglesias Jubilares se puede obtener la Indulgencia Plenaria.
¿Cuáles son las Obras de
Misericordia? Las obras de misericordia corporales son: Dar de comer
al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al
forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos.
Y las obras de misericordia espirituales son: Dar consejo al que lo necesita,
enseñar al que no sabe, corregir al que se equivoca, consolar al triste,
perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar
a Dios por los vivos y por los difuntos. El papa Francisco nos pide: “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo
sobre las obras de misericordia corporales y espirituales.” (MV 15, b).
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