Estamos viviendo este tiempo de Pascua, tiempo en que Jesús Resucitado nos
acompaña en el camino. Esa presencia del Señor que vieron los discípulos, una
presencia especial, distinta a cuando Jesús estaba con ellos antes de morir.
Pero era y es el mismo Jesús que está y estará todos los días con nosotros
hasta el fin del mundo. Como sabemos, los apóstoles, junto a la Virgen María,
recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés, fiesta grande ya que en ese
momento surge la Iglesia, con la fuerza de lo alto, con el viento y el fuego,
con el don de hablar y entender distintas lenguas. Solemos decir a nuestros
niños de catequesis que Pentecostés es el cumpleaños de la Iglesia.
Como lo hacemos todos los años, la Vicaría de Niños se prepara para esta fiesta de
Pentecostés, y queremos hacerla en sintonía con el Sínodo Arquidiocesano que
estamos celebrando como Iglesia en Buenos Aires. Le pedimos al Espíritu Santo
que queremos escuchar su voz. Sabemos que Dios nos habla al corazón, por medio
de la Palabra de su Hijo y por la acción del Espíritu Santo. Uno de los dones
del Espíritu Santo es el don del discernimiento, algo muy importante para
descubrir lo que Dios quiere de nosotros como Iglesia. Discernir significa
separar, es decir distinguir aquello que viene de Dios de lo que no viene de Dios. Sabemos que el
mal existe y que el demonio nos tienta de muchas maneras, hace todo lo posible
para separarnos de Dios, hace bulla, ruido, con tal de que no escuchemos lo que
nos dice Dios. Cuando Dios habla lo hace de una manera suave, linda, que nos
hace bien, nos consuela, nos hace creer más, amar más. Y qué importante saber
distinguir y darnos cuenta lo que es del buen espíritu y lo que es del espíritu
malo.
Enseñar el camino del discernimiento a nuestros niños es una tarea indispensable
para ser Iglesia. El Espíritu Santo renueva todas las cosas, y quiere renovar
nuestra Iglesia. Nuestros niños no son objetos de una pastoral, sino sujetos
activos, ellos tienen algo que decir, una palabra que dar, y los adultos
debemos escucharlos. El año pasado hicimos el Sinodito de los Niños, allí nos
dijeron muchas cosas importantes, ¿qué respuesta le damos? Aprovechemos esta
Vigilia de Pentecostés por Decanatos para pedirle al Espíritu Santo que
queremos escuchar su voz y escucharnos entre nosotros.
¡Feliz día de Pentecostés! ¡Feliz día de la Iglesia!
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