martes, 4 de abril de 2017

¡El camino es Jesús!


Queridos Amigos:
Hemos comenzado este año 2017 en la Iglesia de Buenos Aires, por invitación del Cardenal Poli, el Sínodo Arquidiocesano. ¿Qué significa sínodo? Caminar juntos y cruzar el umbral de la puerta. La Iglesia está en camino y queremos hacerlo junto a Jesús que es el Camino, la Verdad y la Vida, para llegar a la puerta de muchos hogares y anunciarles que Jesús está vivo y que la Iglesia es una “casa de puertas abiertas”, como nos recuerda el Papa Francisco.
Desde los comienzos de la Iglesia católica nuestros pastores nos han invitado a realizar sínodos, creando espacios de encuentro, escucha, sugerencias, propuestas. Todo este camino bajo la luz y la inspiración del Espíritu Santo. Hay muchos desafíos que nos interpelan, la ciudad es un espacio complejo, hay muchos rostros, actitudes, tomas de posición. También hay una ciudad que nos cuesta ver: la de miles de pobres que viven en la calle, niños en la droga, delincuencia juvenil, trata de mujeres, forman parte de una geografía humana que está y que necesita algún camino de solución.
También hay miles y miles de personas que vivimos en Buenos Aires y que deseamos cada día mejorar nuestra convivencia social. Miles y millones que cada día ingresan a nuestra ciudad a trabajar, a sanar sus enfermedades, a buscar una ayuda social, una mejor escuela para sus hijos, un trámite gubernamental. Miles y miles que se dedican a la cultura, al arte, a las ciencias, a los negocios, a la comunicación, también a ganar dinero en la bolsa o en el sistema financiero. Obreros, profesionales, empleados, estudiantes universitarios, escritores, recolectores de residuos y una inmensa multitud de personas de buena voluntad.
El cuadro de la ciudad es una amalgama de diversas etnias, culturas, tradiciones. A ellos hay que anunciarles el Evangelio con un profundo respeto por las distintas religiones y credos. En esta ciudad los cristianos queremos discernir lo que Dios nos pide y para ello el sínodo será la herramienta para encontrarnos y descubrir juntos el rostro de Jesús en la gran ciudad.
Proponemos para nuestro trabajo pastoral con la niñez distintas “claves sinodales”. Sabiendo que los niños son los preferidos del Reino y que para ellos trabajamos, son nuestro tesoro y nuestro futuro.
Nos ha dicho el Cardenal Poli:
“Si convocamos a un Sínodo, lo hacemos con la certeza de que los fieles laicos, por su bautismo, pueden aportar mucho al discernimiento sinodal, y pueden ser de gran ayuda para que cada miembro del Pueblo de Dios tenga su lugar en la tarea evangelizadora”.

Le pedimos a nuestra Madre Santa María de los Buenos Aires y a san Martín de Tours, nuestro patrono, que nos ayuden en esta hermosa tarea de ser Iglesia.

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