lunes, 18 de septiembre de 2017

Misionando con los santos



Cuando empezamos a recorrer los pasillos de la parroquia o del colegio, nos vamos encontrando con diferentes personajes: amigos, compañeros, maestros, catequistas, sacerdotes… Todos distintos, con diferentes vidas, con diferentes historias…
Y en los mismos pasillos, siempre hay algunos que pasan desapercibidos, testigos mudos de todo lo que pasa y lo que nos pasa. A veces, hasta nos animamos a confesarles secretos, pedirles que nos cumplan algún sueño o que le den una mano a alguien que lo está necesitando. Pero, ¿de quiénes estamos hablando? ¿Quiénes son estos que están pero no nos damos cuenta?
Sííííííí!!! Son ellos!!! SON LOS SANTOS!!!
En todas las comunidades tenemos santos. En el templo, en el colegio, en las aulas o en los salones parroquiales, nos acompañan imágenes de diferentes personas que han sido canonizadas por su fe y el amor con el que han entregado su vida a Dios y los que más lo necesitaban. Pero a veces los tenemos medio olvidados…
Tenemos algo para proponerles. ¿Se animan a “hacerle propaganda” a algún santo característico de su comunidad?
Para poder hacerlo tenemos algunas propuestas. Vamos a ponernos en marcha!!!

1.    Encuentro de preparación
Como en cualquier campaña publicitaria, para promocionar nuestro Santo por el barrio, vamos a necesitar algo de preparación. Sobre todo, de mucho material que llegue a las manos de todos los integrantes de nuestra comunidad para que conozcan al Santo que hayamos elegido.
En primer lugar hay que definir qué Santo es el que más representa a nuestra comunidad. Aprovechá y consultalo con tus maestros, tus catequistas, los directores de los colegios e incluso con el cura de la parroquia. Preguntales cuál es ese santo al que todos le piden algo, ese que nos identifica.
Una vez que lo hayan definido hay que elegir una imagen en internet que nos va a servir para hacer la publicidad. Acá les dejamos un ejemplo…
Con la imagen en mano, vamos a ocuparnos de buscar su historia. Saber cómo llegó a santo, cuál fue su obra, qué le gustaba hacer, cómo fue su vida. Si les parece, entre todos, podemos armar un relato de su vida que nos va a ayudar a contarles a todos lo que descubrimos de él.
Una vez que hayamos averiguado todo sobre su vida y su obra, vamos a trabajar sobre las imágenes.
Podemos pintarlas y preparar estampas para repartir entre la comunidad, incluso preparar algún volante con la información de la parroquia o el colegio que nos ayude a invitar a la gente a participar y a conocerlo un poco más.
Preparen carteles, afiches o banderas con esta imagen, todo lo que ustedes crean que les va a dar una mano para que este nuevo amigo que estamos conociendo llegue a cada una de las personas de nuestra comunidad parroquial o escolar.
2.    Misión barrial
Ya tenemos el material que preparamos. Estampas, volantes, afiches, carteles, banderas. Y ahora qué hacemos? ¿Lo guardamos todo en la parroquia? ¿Lo archivamos en un armario en el colegio? NOOOOOOOOOO!!!! Hay que salir a repartirlo!!! Tenemos que salir a anunciar.
Para llevar adelante la misión tenemos tres propuestas. Elijan la que más se acomoda a las posibilidades de su comunidad, y si se animan, pueden hacer las tres!!!
a.       Misión por las calles del barrio
Junto a los catequistas o maestros podemos salir a repartir las estampas y los volantes que preparamos, invitando a la comunidad que se acerque a conocer a nuestro Santo y que se animen a rezarle.
Mientras recorremos las calles del barrio, podemos llevar una caja en la cual las personas depositen sus intenciones que serán presentadas en la misa.

b.       Misión por los comercios del barrio
Llevá los afiches y los carteles que prepararon. También pueden llevar estampas y volantes. La idea es que se acerquen hasta los comercios del barrio y les pidan permiso para pegar el material que realizaron en los encuentros para que los vecinos puedan conocer cada vez más a nuestro santo. Las estampas las podemos dejar para que se las lleven las personas que van a comprar a ese local. Una buena idea sería dejar una caja en cada negocio que visitemos, así, las personas que quieran, podrían dejar sus intenciones, que después nosotros pasaríamos a buscar para presentarlas en la misa.

c.       Misión sobre ruedas
Nuestra comunidad no es sólo las cuatro o cinco cuadras alrededor de la parroquia o el colegio, es mucho pero mucho más grande. ¡¡Y todos tienen que tener la oportunidad de descubrir lo mismo que nosotros!! Por eso se nos ocurrió que estaría bueno que la misión se extendiera por todo el barrio y que la imagen de nuestro santo amigo recorra sus calles. Y como dijo el Papa Francisco, “a los cristianos nos reconocerán por nuestra alegría”, así que para llevar a cabo esta misión va a ser necesario un trencito, ¡¡¡un trencito de la alegría!!! A bordo del “Trencito de los Santos” vamos a recorrer las calles de nuestro barrio. Para esto es necesario decorar nuestro tren con las banderas y los carteles que preparamos en el encuentro. Para que todo sea más seguro podemos parar en algunas esquinas y ahí, repartir estampas y volantes a las personas que pasan por ese lugar. No se olviden de llevar la caja para recoger intenciones ¡¡¡Tanta alegría y tanto entusiasmo no van a pasar desapercibidos!!! Y, sobre todo, no pueden fallar…


¡¡Vamos!! ¡¡Estamos todos invitados a participar!! ¡¡Jesús y los santos del Cielo nos necesitan!! Vamos a ayudarlos a que cada vez más personas se animen a conocer su amor.
¡¡¡Manos a la obra!!!

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