lunes, 25 de noviembre de 2019

Misa arquidiocesana: Encuentro Previo



ENCUENTRO PREVIO
PARA LOS ANIMADORES, DIRIGENTES Y CATEQUISTAS
     En el Evangelio, San Lucas nos relata el camino de los discípulos de Emaús. Nos podemos quedar en lo que sucede exteriormente o acompañar a estos discípulos en su camino interior. Porque de eso se trata este pasaje. San Lucas nos muestra el encuentro con Jesús y sus consecuencias.
    Los dos discípulos estaban desilusionados, miraban los recientes acontecimientos con la mirada y medida humanas. Pero nada iba a quedar igual porque Jesús Resucitado sale a su encuentro. No de manera exultante sino en el discreto acompañar, en el camino.
     Y es Jesús quien los orienta en el camino. ¿Para llegar a Emaús? No, ellos ya sabían cómo llegar. Jesús los orienta en el caminar hacia las profundidades de sus corazones. Corazones que se encuentran cargados de desilusión, decepción, angustia, incertidumbre… Nada había salido como ellos habían previsto. Todo era oscuridad y encierro en sí mismos.
    Jesús camina junto a ellos, los escucha y comienza a orientarlos con la luz de la Palabra de Dios. Los invita a reflexionar. Y ellos lo escuchan, se dejan iluminar. A pesar de los nubarrones de desilusión, sus corazones estaban algo disponibles, un poco dispuestos al encuentro con Él.  Gracias a esa porción de  disponibilidad y escucha, es que permanecen con Él en el camino y hasta le piden que se quede.
    Y llegaron los tres al lugar del encuentro profundo, del encuentro que transforma. Y así sucedió, lo reconocieron a Jesús en el signo de partir el pan. Sus corazones apesadumbrados, desconcertados, saltaron de alegría y se llenaron de gozo y de luz. Antes parecían corazones apagados y ahora son corazones encendidos, capaces de contagiar el amor y la alegría. El fuego del Amor ardía en sus corazones. Y cuando el Amor llena el corazón, nada queda igual. La pesadez de su caminar al inicio se transforma en rápido regreso a Jerusalén para compartir con el resto la alegría de haber visto y reconocido a Jesús Resucitado.

PARA LOS CHICOS
LA GALERÍA DE CORAZONES
Este encuentro es una sugerencia que siempre será mejorada por todos ustedes, adaptándolo a la realidad de cada comunidad.
Los chicos tienen que agruparse de a 4 o según la cantidad que haya.
Repartimos a cada grupo, una o más tarjetas de la galería de corazones y el dibujo de un corazón igual al número de tarjetas recibidas. El grupo tiene que leer las características del corazón o de los corazones que les hayan tocado y plasmar esas características en el corazón dibujado, dibujando algo en él o pegando sobre él lo que les parece que los caracterice mejor.
Les pedimos que elijan uno y lo muestren. Explicarán al resto de los grupos porqué lo representaron de esa manera.
Terminada la presentación, los invitamos a reflexionar si se encuentran identificados con algunos de estos corazones. ¿Por qué?, ¿En qué momento o situación?, ¿Cómo se sienten ante esas situaciones?
Iluminamos con Lc. 24, 13-35
¿Cómo estaban los corazones de los discípulos?
¿Con quién se encontraron?
¿Cuál fue la actitud de los discípulos?
¿Cómo lo reconocieron a Jesús?
¿Qué sucedió con ellos después? ¿Cambiaron? ¿Cómo nos damos cuenta?
¿Qué pasaba en su corazón al encontrarse con Jesús y reconocerlo?
¿Y nosotros, nos dejamos llenar del amor de Jesús? ¿Dejamos que encienda nuestros corazones? ¿Cómo nos damos cuenta? ¿Cómo es un corazón “encendido” de Amor?
·         Tarjetas para la galería de corazones (Adaptación de Galería de corazones. Albisu, Javier S.J.)

El corazón reloj es el que vive cronometrando lo que da. Lo que da es en realidad, para él, tiempo. Te da “tanto” tiempo de su tiempo. Él es quien lo mide. Da el tiempo que él quiere no el que el otro necesite.

El corazón solidario Es el que hace espacio en sí mismo para la debilidad del otro. Un corazón no es solidario de por sí. Se vuelve solidario porque se da cuenta de que la necesidad del otro, en algún momento fue la suya, o bien, puede ser la suya. Ayuda al otro a lograr lo que necesita.

Un corazón de espinas Es un corazón que está siempre a la defensiva. Un corazón que teme que se aprovechen de él. Temor, que le impide salir como quisiera, en el momento de darse a los demás.
Un corazón inalcanzable Es el del que se para sobre su propio corazón. Se cree más que los demás. Sólo habla de él y de lo que le interesa. Se acerca a otro, sólo para que alguien lo escuche o vea lo que hace.
Un corazón guardado Es un corazón sin uso. Un corazón que se cuida hasta de recibir alguna marquita o pequeño rayón.
Un corazón exigente Es un corazón que no se perdona nada, ningún error, ninguna equivocación, nada. Que no sabe disfrutar. Un corazón que se exige siempre 10, aun cuando su medida es el 9.
Un corazón accesible Es aquel que siente que las cosas pequeñas lo hacen sentir muy bien. Se da a los demás sin esperar nada a cambio
Un corazón de carne Es aquel que no se asusta de encontrarse con diferentes personas, situaciones, emociones. Sí le importa mucho que todo lo que salga de él sea bueno, amable, agradable para los demás.
Un corazón cerrado Es un corazón que pone llave a lo que le pasa dentro. Rara vez se abre a los demás. No comparte con los otros.

KIT PARA LA FIESTA DE LA MISA
     El encuentro con Jesús nos transforma. El corazón se llena de amor y alegría por saberse amado por Jesús, por saber de su cercanía y su permanencia en nosotros. A los discípulos de Emaús, el encuentro los cambió y pudieron “ver” a Jesús en el signo de partir el pan. A partir de ese momento, tuvieron una mirada nueva porque el Amor ardía en sus corazones. Jesús los había encendido nuevamente. Y la mirada de tristeza ante la muerte de Jesús se transformó en mirada de esperanza para todos y rápidamente había que compartirla con los demás. Había que volver a conectarse con los otros.
     A nosotros nos pasa lo mismo, por eso les proponemos traer anteojos luminosos o brillantes en forma de corazón. Para mostrar que la alegría y el amor que Jesús enciende en nuestros corazones transforma nuestras miradas y somos capaces de “ver” a Jesús en cada hermano y en cada situación de nuestras vidas.
   
    

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