Emaús un camino de encuentros…
Para comenzar el encuentro sugerimos
alguna dinámica de motivación, sencilla, ágil…puede ser presentar imágenes con
rostros que manifiesten distintas expresiones, de diferentes edades…o bien
noticias de actualidad de la realidad mundial…diarios, revistas que
dispongamos.
Les pedimos que
mirando las imágenes o noticias elijan algunas para compartir porqué perciben
esperanza, confianza, pasión… y cuáles les manifiestan fracaso, derrota,
pesimismo.
Ponemos en
común y a medida que lo hacen pedimos que compartan a modo personal una
situación que les transmita alegría y otra que los desanime.
Podemos cerrar
este momento con un canto…
En un segundo momento les entregamos el texto del
Evangelio de Lucas 24, 13-35, los discípulos de Emaús para realizar un
momento de reflexión, oración. Nos sentamos en ronda y colocamos en el medio
algún elemento que represente un camino.
El relato de los discípulos de Emaús nos enseña a
reconocer en los caminos de la vida la presencia del Resucitado. Hoy nosotros vamos
a recorrer este itinerario.
v
Uno de los participantes lee
el texto en voz alta.
v
El que guíe el encuentro va
leyendo los textos e invitando a realizar
los gestos.
I Dos discípulos se alejan de Jerusalén
El camino de
Emaús es un camino de alejamiento de Jerusalén. Los dos discípulos, Cleofás y
su compañero, se alejan poco a poco del lugar donde experimentaron el gran
dolor de la pasión. La comunidad de Jesús, sin el Maestro ya no significa nada
para ellos.
Jesús se acerca
y camina junto con los discípulos, pero no lo reconocen. Es su modo de
ver la Pasión lo que les impide reconocer a Jesús resucitado.
Jesús comienza
a educar a los dos peregrinos. Los hace hablar con él. Entonces le cuentan lo
que pasó: una esperanza frustrada. En sus palabras se nota el desgano.
Todos los sueños se vinieron abajo, todo acabó.
Jesús se sitúa
al mismo nivel en el que están ellos y los va conduciendo gradualmente hasta el
nivel de comprensión que Él tiene. Jesús desciende hasta el escándalo de la
cruz y los atrae hacia su experiencia de resurrección.
A veces a nosotros nos pasa lo mismo: en nuestra vida hay situaciones
duras, contradictorias, incluso muy dolorosas; si nos encerramos en nuestro
dolor, en nuestra decepción y solo vemos el lado negativo de las cosas, nunca
vamos a poder darnos cuenta de la presencia de Jesús que está ahí caminando a
nuestro lado, dispuesto a darle sentido y esperanza a nuestras penas.
(les entregamos una cruz de papel en la que cada
uno anotará algo que le esté pasando similar a la decepción de los de Emaús….y
la colocamos en un camino)
I Jesús les explica las Escrituras
La luz
de la Palabra de Dios es la primera en comenzar a encender la
esperanza en la oscuridad del corazón de los discípulos. Jesús los
guía en una lectura del sentido de la Pasión en la Escritura. Ahí entienden
que “era necesario que el Mesías padeciera para entrar en su gloria”
(24,26). El sufrimiento puede convertirse en un camino de gloria.
A lo mejor los
discípulos conocían esos textos de la Biblia, pero les pasaba como a
nosotros muchas veces. Hemos recibido toda una formación, sabemos
las enseñanzas de la Biblia y de la Iglesia, pero cuando llega
el momento, no sabemos ponerlas en práctica. A veces le ofrecemos todo al
Señor, pero cuando nos vemos en situaciones penosas nos enredamos en nuestros
sentimientos negativos, nos ofuscamos, protestamos, no vemos cómo encaja eso en
la experiencia de Dios.
colocamos en el centro del camino la Palabra con una vela grande encendida. Le entregamos una velita a cada uno. Les
pedimos que cada uno comparta con el que tiene al lado una palabra de Dios que
sea muy importante, que esté grabada en su corazón. “Tú eres mi hijo muy querido”…”Eres valioso a mis ojos”…Cuando lo
hayan hecho pasan juntos y dejan encendidas sus velas al lado de las cruces)
I Jesús acepta el hospedaje que le ofrecen los dos discípulos y se da a
conocer
Jesús no sólo
comparte la casa de ellos sino también su mesa. Allí renueva el gesto de la
última cena. Los discípulos lo reconocen en la fracción del pan, o
sea, en el gesto del don de la pasión: la generosidad de Jesús hacia nosotros,
su amor que llegó hasta el extremo de dar la vida.
I Los discípulos regresan a Jerusalén
Con el corazón
ardiente, con el rostro de Jesús impregnado en sus retinas, con una nueva
fuerza –después de que primero andaban tristes- los discípulos transformados
recorren el camino inverso para contar a todos el encuentro con el Resucitado.
I Si
es posible se puede traer el Santísimo y hacer un rato de adoración. Si no, se
puede colocar en el camino un pan y que cada uno vaya diciendo a modo de
intención qué anuncio se siente invitado a compartir, qué buena noticia cree
que tiene que comunicar. Se puede responder con un estribillo a cada oración.
El encuentro
puede terminar escuchando algunas palabras del Papa Francisco sobre este
Evangelio.
“hay siempre una
Palabra de Dios que nos guía en nuestra desorientación. Y que, en nuestro
cansancio y desilusión, hay siempre un pan partido que nos ayuda a ir adelante
en el camino”.
Papa Francisco 4/5/2014
[…] Hace falta una Iglesia que no tenga miedo a entrar en la
noche de ellos. Necesitamos una Iglesia capaz de encontrarlos en su camino.
Necesitamos una Iglesia capaz de entrar en su conversación. Necesitamos una
Iglesia que sepa dialogar con aquellos discípulos que, huyendo de Jerusalén,
vagan sin una meta, solos, con su propio desencanto, con la decepción de un
cristianismo considerado ya estéril, infecundo, impotente para generar sentido.
[…]
[…] Hace falta una Iglesia capaz de acompañar, de ir más allá
del mero escuchar; una Iglesia que acompañe en el camino poniéndose en marcha
con la gente; […] Jesús le dio calor al corazón de los discípulos de Emaús. Se
necesita una Iglesia que vuelva a traer calor, a encender el corazón.
A los obispos
brasileros en la JMJ 2013
Hacemos
todos juntos un canto a la Virgen y podemos rezar una oración de envío.
Terminamos
compartiendo una merienda si es posible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario