“Gracias… Jesús por tu AMOR”
Queridos
Amigos:
Nos acercamos a la Pascua
y volvemos a celebrar el gran triunfo de Jesús sobre el pecado y la muerte.
Jesús en la Pascua nos devuelve la vida de la Gracia, esa vida que la humanidad
perdió a partir del pecado original. Por eso le decimos a Jesús: ¡gracias por
tu amor! Un amor que es capaz de dar la vida por sus amigos, un GRAN AMOR.
Este año es un año
especial, es el Año de la Misericordia, un Año Santo que nos regala la Iglesia
y el Papa Francisco. En este año queremos vivir de un modo especial el gran
amor de Dios que nos regala Jesús. La Misericordia es una palabra que está en
casi toda la Biblia y significa: amor a los más pobres y abandonados, amor a
los pecadores. Es el amor preferencial de Dios Padre y de Jesús. La Biblia nos
dice que Dios es rico en misericordia y que esa misericordia de Dios permanece
para siempre. Jesús nos enseña que debemos ser misericordiosos como nuestro
Padre del Cielo, y para ello nos cuenta una serie de parábolas que explican con
ejemplos muy sencillos lo que significa la misericordia de Dios: la oveja
perdida, la mujer que perdió una monedita y busca en toda la casa hasta
encontrarla y la parábola del Hijo pródigo. Nos dijo también que debemos
perdonar a quienes nos han ofendido. Lo pedimos todos los días en el
Padrenuestro.
Para vivir este Año Santo
se nos invita a pasar por la “Puerta de la Misericordia” que se ha abierto en
nuestra Catedral y en muchas Iglesias de Buenos Aires. Es una puerta especial,
al pasar por allí una lluvia de gracias recibimos del Cielo, en especial la
gracia del perdón en el sacramento de la Reconciliación y la gracia de la
Indulgencia Plenaria, que es un regalo muy grande de la Iglesia para momentos
muy importantes como este Año Santo. La Indulgencia nos borra la culpa y el
peso por los pecados cometidos, no sólo los propios, sino de otras personas y
de los difuntos.
Además el Papa Francisco
nos invita a poner en práctica las obras de misericordia corporales, y
espirituales. Esas obras las debemos aprender en el Catecismo y poner en
práctica en todo momento: en la familia, en la escuela, en la calle, con los
amigos, en el trabajo. De esa forma nos hacemos cargo de nuestros hermanos, en
especial de los más pobres y necesitados.
Vivamos la Pascua con
Jesús, aprovechemos la Semana Santa para concurrir a la Iglesia y celebrar el
Gran Amor de Jesús por nosotros.
Vivamos la Pascua en
familia, muchos aprovechan para salir de vacaciones pero no nos olvidemos
nosotros, los cristianos, que la Semana Santa son días de mucha oración, son
días para hacer presente el Gran Amor de Jesús por nosotros.
Vivamos la Pascua y
anunciemos que Jesús está vivo, que nos acompaña siempre, que nos invita a ser
sus misioneros. Llevemos la Alegría del Evangelio y digamos y si es posible
gritemos a los demás el Gran Amor de Jesús por nosotros.
Que la Virgen de Luján nos
acompañe en este Año de la Misericordia y que nos indique el camino del amor y
del servicio a nuestros hermanos.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
Ernesto Giobando sj
Obispo Auxiliar de Buenos Aires
Vicaría de Niños
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