Esquema de reunión sugerida:
1. Comenzamos con una oración
2. Juego recreativo
3. Trabajamos el encuentro de “Monseñor Eduardo Francisco Cardenal Pironio”
4. Cierre con una oración
EL OBISPO
En la revista anterior vimos de manera general el
origen y función del obispo. Ahora presentamos la historia de un obispo
concreto: Monseñor Eduardo Francisco
Cardenal Pironio
Eduardo Francisco Pironio nació en la ciudad de
Nueve de Julio (Provincia de Buenos Aires), el 3 de diciembre de 1920. Sus
papás fueron inmigrantes italianos.
El mismo Cardenal Pironio contaba que en su familia
había algo milagroso: “cuando nació su primer hijo, mi madre tenía tan solo 18
años y se enfermó gravemente. Cuando se recuperó, fue gracias a la unción del
aceite de la lámpara que arde ante la imagen de la Nuestra Señora de Lujan, los
médicos le dijeron que no podía tener más hijos, pues, de lo contrario su vida
correría riesgo”. La madre de Pironio deseaba tener más hijos. En una
oportunidad recibió la bendición del obispo y este consejo: “los médicos pueden
equivocarse, usted póngase en las manos de Dios y cumpla con sus deberes de
madre y de esposa”. “Mi madre desde entonces dio a luz a otros 21 hijos – yo
soy el último-, (contaba Pironio) y
vivió hasta los 82 años”.
Su vocación religiosa fue incentivada por su madre,
y a los 18 años ingresó al seminario de La Plata. Fue ordenado sacerdote en 1943.
Siendo sacerdote desempeñó tareas en el Seminario de Mercedes, curso estudios
teológicos en Europa, fue rector del Seminario Metropolitano de la
Arquidiócesis de Buenos Aires, y decano de la Facultad de Teología de la UCA
(Universidad Católica Argentina).
El 24 de marzo de 1964 fue ordenado obispo titular
de Ceciri, desarrolló su actividad pastoral como obispo auxiliar de La Plata,
obispo de Avellaneda, obispo de Mar del Plata. Durante muchos años trabajó en
la Conferencia Episcopal Latinoamericana. El Papa Pablo VI en 1976 lo nombró
Cardenal.
Pironio participó de dos cónclaves en los cuales
fueron electos: Juan Pablo I y Juan Pablo II. En ambas oportunidades fue
considerado potencial candidato a Papa.
En Roma se desempeñó como presidente del Pontificio Consejo para los Laicos y luego se
desempeñó como prefecto de la Congregación de Institutos de Vida Consagrada.
Falleció en Roma el 5 de febrero de 1998, después
de catorce años de enfermedad. En la última comunicación telefónica con Juan
Pablo II antes de morir, le dijo que “desde el cielo iba a seguir trabajando
por el Papa y por la Iglesia”.
Sus restos descansan en el Santuario de Santa María
de Luján.
El 23 de junio de 2006 se inició el proceso de
beatificación.
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