Nos acercamos a nuestra querida y tradicional Misa
de Niños 2016, un encuentro especial con Jesús y como comunidad arquidiocesana
para celebrar juntos este Año de la Misericordia. El lema que hemos elegido
para este año es “La Aventura de la
Misericordia”. Nuestros niños entienden bien cuando hablamos de “aventura”,
es para ellos una invitación a algo divertido, y también la misma palabra tiene
algo de misterio y que puede ser apasionante. Pero no es cualquier “aventura”,
sino la de meternos en la Misericordia de Dios Padre y vivir esta misericordia
en nuestras vidas y en la vida de nuestros niños.
Cuando le comenté a nuestro Cardenal Mario Poli el
lema que habíamos elegido me dijo: “La
aventura en el río de la Misericordia”. Me pareció una frase más completa y
válida, pero ya teníamos el lema impreso y era complicado hacer la corrección.
La aventura a la que nos invita Dios es, a sumergirnos en el río de su
misericordia. Es en el costado abierto de nuestro Señor Jesucristo que brotó el
río de la misericordia divina. Y si permanecemos fieles a Jesús y tratamos de
vivir el mandamiento del amor, también de nuestro corazón “brotarán ríos de
agua viva” (Jn 7, 37-39).
Intentaremos brindar a nuestros niños y
preadolescentes un encuentro en el Luna Park donde brille ese amor infinito de
Jesús por nosotros, y hacerlo fiesta, celebración, Eucaristía y catequesis. La
misericordia no termina en este año, ya que su misma fuente es la Santísima
Trinidad, y la misericordia que celebramos en este Año Santo vino para quedarse
en nuestra Iglesia: “La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de
la Iglesia”, nos ha dicho el Papa Francisco en este Año Santo. En sus tres años y medio de Magisterio ha
dejado bien en claro que la Misericordia es la clave de interpretación, la
actitud y el anuncio de nuestra fe cristiana.
La Aventura de la Misericordia es permitir a Jesús que se
suba a nuestra barca y que vayamos mar adentro y que volvamos a echar las
redes. Es la experiencia de abandonar todo y seguirlo por el camino y ser
testigos de las maravillas de su poder. Es la experiencia de que en su nombre
expulsaremos todos los demonios que esclavizan a la humanidad. Es la
experiencia de las obras de misericordia, corporales y espirituales, ya que
todo lo que hacemos a nuestros hermanos más pequeños, es al mismo Jesús a quien
lo hacemos. Es la experiencia de tomar la cruz y ayudar a cargar la cruz de
nuestro prójimo. Es la experiencia de vivir en ese inmenso amor que nos
envuelve con la luz de la resurrección. La
Aventura de la Misericordia no es otra cosa que dejarse ganar el corazón
por Jesús y animarnos a llevar su Palabra y su Vida a todos, en especial a
nuestros niños y preadolescentes, los mimados del Señor.
Los esperamos entonces para vivir el 22 de octubre
a la mañana la Aventura de la
Misericordia, vengan con el corazón lleno de alegría para recibir el baño
de la Misericordia divina, con los ojos bien abiertos para no perderse ningún
detalle, con los oídos atentos para no dejar pasar ningún sonido que nos hable
al corazón. Y vengamos en Comunidad, porque la Aventura de la Misericordia la jugamos en equipo y no debe
quedar nadie afuera.
¡Los esperamos!
S.E.R Mons. Ernesto Giobando
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