Para rezar a la entrada o salida de los colegios
Con
estas propuestas de oración queremos ayudar a los chicos a preparar el corazón
y rezar para participar de la Misa Arquidiocesana 2016.
Como
recurso podemos armar manos, pies, boca, ojos, oídos bien grandes y cada día ir
colocando dentro de uno de ellos un corazón que simboliza el amor de Dios en
nosotros.
Como
sugerimos en subsidios anteriores, tener en la cartelera los lemas de cada día
también puede ser motivador.
Para
comenzar y terminar las oraciones podemos elegir canciones o estribillos que
conozcamos en la comunidad y por qué no aprender nuevos. Eso queda a elección
de los animadores, catequistas o maestros.
ALIMENTADOS EN LA MESA DE LA MISERICORDIA
Día 1: Amamos mirando como Jesús
Nos cuenta el Evangelio: Mc.12, 41-44
Jesús se sentó frente
a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna.
Muchos ricos daban en abundancia.
Llegó una viuda de condición humilde y colocó
dos pequeñas monedas de cobre.
Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo:
«Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros,
porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio
todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir».
Jesús mira el corazón, ve la generosidad, la
sinceridad, y las ganas de compartir que tenía esta mujer pobre y se alegra.
¡Qué lindo que nosotros podamos mirar como Él!
Rezamos:
Jesús bendecí nuestros ojos
…para descubrir todo lo bueno que hay en el corazón
de los demás, perdonando siempre lo malo y valorando lo bueno…
…para mirar las necesidades de los demás con una
mirada compasiva y llena de ternura…
…para aprender a ver con los ojos de la fe…
Día 2: Amamos escuchando como Jesús
Nos cuenta el Evangelio: Mc. 10, 46.49.51
Después llegaron a
Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran
multitud, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el
Nazareno, se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!». Jesús
se detuvo y dijo: «Llámenlo». Entonces llamaron al ciego y le dijeron: «¡Animo,
levántate! Él te llama». Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?. Él
le respondió: «Maestro, que yo pueda ver». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha
salvado». En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.
En medio del ruido, de la gente, Jesús se detiene y
le pregunta al ciego qué es lo que necesita, lo que desea, lo que espera y le
concede lo que está necesitando, lo que le va a hacer bien. ¡Qué bueno que
nosotros podamos prestar atención y escuchar como Él!
Rezamos:
Jesús bendecí nuestros oídos
…para escuchar tu palabra y llevarla siempre dentro
nuestro…
…para oír siempre tu voz en nuestro corazón…
…para dialogar y respetar la palabra de los demás…
Día 3: Amamos haciendo como Jesús
Nos cuenta el Evangelio: Jn. 13, 4-5.12.15
Durante la
cena Jesús, se levantó de la
mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura.
Luego echó agua en un
recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la
toalla que tenía en la cintura.
Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió
a la mesa y les dijo: ¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Les he
dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.
Jesús les había estado enseñando a los apóstoles,
pero no solo les decía lo que tenían que hacer. Él enseña haciendo, Él se hace
servidor y les lava los pies como si fuera su esclavo. ¡Qué alegría nos da
cuando podemos ayudar con humildad, sin hacernos los importantes como lo hace
Jesús!
Rezamos:
Jesús bendecí nuestras manos
…para acariciar y abrazar de parte tuya…
…para hacer el bien a todos…
…para acariciar la naturaleza y decirle yo te cuido
a las plantas, a nuestras mascotas, al agua, a la arena…
Día 4: Amamos anunciando como Jesús
Nos cuenta el Evangelio: Lc. 8,4-8
Como se reunía una
gran multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo,
valiéndose de una parábola:
«El sembrador salió a
sembrar su semilla. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del
camino, donde fue pisoteada y se la comieron los pájaros del cielo.
Otra parte cayó sobre
las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad.
Otra cayó entre las
espinas, y estas, brotando al mismo tiempo, la ahogaron.
Otra parte cayó en
tierra fértil, brotó y produjo fruto al ciento por uno».
Igual que un sembrador va plantando las semillas y confía en su crecimiento,
Jesús nos va regalando su palabra y espera que crezca en nosotros y seamos
capaces de ponerla en práctica, para ser felices ¡Qué bien nos hace recibir la
palabra de Dios y compartirla como Jesús lo hacía!
Rezamos:
Jesús bendecí nuestra boca
…para contar sin vergüenza que te amamos a Vos y a
la Virgen…
…para decir palabras de aliento que animen a los
demás…
…para que nuestras palabras sean buenas y suaves,
construyan, ayuden y alegren…
Día 5: Amamos peregrinando como Jesús
Nos cuenta el Evangelio:
Cuando amaneció,
Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y,
cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo:
«También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios,
porque para eso he sido enviado».
Y predicaba en las
sinagogas de toda la Judea.
Jesús sabe que el Padre Dios lo mandó para que todos conozcan su amor, y
reciban su palabra. Así que Él va de pueblo en pueblo para que todos lo escuchen
y se enteren. No puede quedarse quieto, quiere llegar a todos y compartir la
Buena Noticia. ¡Qué lindo es ir a visitar a la gente del barrio y avisarle y
contarles del amor de Dios como lo hacía Jesús!
Rezamos:
Jesús bendecí nuestros pies
…para que busquen a los que están más lejos o
solos…
…para que corran para hacer el bien…
…para que lleguen a tu mesa para recibirte en la
comunión y visitar a tu mamá María…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario