lunes, 25 de noviembre de 2019

Con Jesús renace la Esperanza


¿No les pasa muchas veces con algunos lemas, que dicen algo que esperamos pero al mismo tiempo, de tan esperado no terminamos de aprovechar su profundidad y oportunidad?

Cuando los discípulos de Emaús caminaron con Jesús y al partir el pan lo reconocieron, lo que hallaron fue otra oportunidad. Cuando Pedro escuchó a Jesús preguntarle si lo amaba, lo que encontró fue otra oportunidad. Cuando María y Juan escucharon a Jesús en la cruz que les decía que se tenían como Madre e hijo, lo que encontraron fue otra oportunidad. 
Cuando José en sueños escuchó al Ángel, se encontró con otra oportunidad. Cuando Jesús nació, nos dio otra oportunidad, y con su resurrección hizo plena esta oportunidad.
Nuestro Dios, el Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es Dios de oportunidades. La Esperanza que despierta su amor en nuestros corazones es oportunidad constante de encuentro con su Amor, para que una vez en nosotros, nos animemos a construir su Reino.

Celebrar la Navidad, celebrar la Pascua, festejar Pentecostés y todas las fiestas de la Iglesia, es disponernos a la oportunidad.
En tiempos de Black Friday, Black Monday  y el black que quieran, con todo el mundo desesperado por encontrar la oportunidad; nos pasan por delante de la vida las oportunidades del Dios de la Vida sin darnos casi cuenta.

Con Jesús renace la Esperanza.
Una vez más la oportunidad de poner a Jesús en el centro de nuestra historia, está “al alcance de la mano” (así, como un slogan publicitario).

A nosotros, catequistas, sacerdotes, religiosos, obispos, agentes de pastoral, pueblo de Dios, nos toca abrazar esta oportunidad. Y abrazarla es poner en movimiento nuestra creatividad e inventiva, nuestra oración y escucha. Estamos llamados a encontrar modos nuevos para un mundo que ofrece oportunidades vacías. La llegada de Jesús es la “oportunidad”, es Dios con nosotros siendo uno de nosotros, llenando nuestra vida para llenarla de su Amor.

Y nos toca no callar aquello en lo que hemos creído, visto y oído.
Entonces, somos llamados a agudizar las ideas y las estrategias de nuestra tarea evangelizadora, para que sin apartarnos ni una línea de lo que encontramos en el Evangelio, descubramos los modos que ofrezcan oportunidades que a nuestros chicos y chicas en la catequesis, en el colegio, en los grupos de aspirantes, scouts o niños, los acompañen para abrirse a la oportunidad de experimentar que Jesús es lo mejor que nos puede pasar, que su nacimiento da nueva vida al mundo y su resurrección hace nuevas todas las cosas.

Entonces, porque queremos que esta oportunidad no pase de largo y aprovechar al máximo lo que nuestro lema nos regala, digamos juntos y bien fuerte: Con Jesús renace la Esperanza.

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