lunes, 25 de noviembre de 2019

Encuentros: Cristo Rey


Breve historia sobre Cristo Rey
La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925. Esta fiesta celebra a Cristo como el Rey bondadoso y sencillo que como pastor guía a su Iglesia peregrina hacia el Reino Celestial. Jesús es el rey de nuestro corazón porque se hace amar tanto, que jamás  nadie fue amado de la misma manera que lo amamos nosotros a Jesús.
Objetivos
Que los chicos reconozcan a Jesús, no solo como hijo de Dios, sino también como rey de nuestros corazones.

COMENZAMOS
Para comenzar el encuentro le vamos a preguntar a los chicos si saben a qué se dedica un rey, cuál es su tarea, hasta llegar a la respuesta: “un rey debe cuidar a su pueblo”. Entonces les preguntaremos si conocen a algún rey, y les presentaremos a Jesús como nuestro rey, el rey de nuestros corazones.
¿Pero cómo es el trono de Jesús en el palacio de nuestro corazón? Para eso haremos un ratito pequeño de meditación donde con los ojos cerrados y música tranquila (y con ayuda de los animadores si se animan) iremos entrando al castillo de Jesús, nuestro corazón. Allí veremos su trono, y lo veremos también a Él. Aprovechamos ese momento para hablar con Jesús Rey para que, como dijimos que lo hacen los reyes, nos cuide. Despacio y sin apurarnos iremos abriendo los ojos y contando nuestras experiencias, y como era el trono de Jesús.
Llegó el momento de trabajar
Armaremos el trono de Cristo Rey, y para eso si los chicos son grandes lo puede armar cada uno con ayuda de los animadores, o en el caso de ser chicos deben ser armados previamente por los animadores, así los chicos solo se encargan de decorarlo.
Para el armado de los tronos podemos utilizar esponja, telgopor, cartón, palitos de helado, o cualquier material que se les ocurra que pueda ser fácil de conseguir o tengan a mano.
Luego del armado, viene la parte más divertida… personalizar el trono de Jesús!! Para eso recordaremos el trono que vimos en nuestro corazón y con esa imagen en la mente comenzaremos a decorarlo. Les pediremos a los chicos retazos de telas, brillantina, cintas, lentejuelas, y distintos materiales para decorar.
Para cerrar el encuentro ya con todos los tronos armados y decorados, le pediremos al Padre que nos acompaña, que los bendiga y juntos rezaremos la siguiente oración:
Jesusito de mi vida,
Tú que eres niño como yo,
por eso te quiero tanto
te doy mi corazón
tómalo, tuyo es, mío no.

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