lunes, 31 de marzo de 2014

Revista Pascua 2014: Escuchando al Papa Francisco

En esta Cuaresma no podemos desconocer el  pedido del Papa Francisco a la hora de preparar el corazón:

Inspirado en las palabras del apóstol Pablo: “Cristo, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (2 Cor 8, 9), el Santo Padre recuerda que “a imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza”, destaca el Papa, que invita a reflexionar en el camino personal y comunitario de conversión sobre tres tipos de miseria: “la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual”.

Estas fuertes palabras, que luego desarrolla con mayor especificidad, son dirigidas sobre todo a jóvenes y adultos, trabajarlas con los niños puede resultar más difícil, sin embargo trataremos de intervenir desde ese mensaje en las conciencias de los niños pasando previamente por nuestra propia experiencia. Si los adultos no nos hacemos cargo de estas palabras, difícilmente seremos creíbles ante la aguda sensibilidad de los niños.

Preparar el corazón

Tengamos en cuenta que es harto decir que la Cuaresma como el Adviento es una época para cambiar el corazón, y si bien es una manera de decir, sería mucho mejor, más que cambiarlo, PREPARARLO PARA LA FIESTA.  Porque el corazón que tenemos es hermoso, es un corazón tocado por Dios en el Bautismo y que en ese simple acto, simple como unas gotas de agua, Dios se hizo lugar allí con la infinidad de posibilidades que eso conlleva. Dios ya cambió nuestro corazón. Una posibilidad es precisamente sanarlo, prepararlo, adornarlo, agrandarlo, abrirlo. Posibilidades muy fáciles de concretar ya que el Mismo Dios nos ayuda a hacerlas si lo pedimos con un poquito de amor y de fe.

De eso trata la Cuaresma, de aceptar la posibilidad que se nos da para agrandar el corazón, sanarlo y prepararlo para la gran fiesta de Jesús y así darle  un espacio más cómodo para que pueda hacer su trabajo a gusto, su trabajo de amar y hacernos amar. 

Revista Pascua 2014: Preparándonos para la Semana Santa

Comenzamos la semana previa a la Semana Santa con un encuentro que nos sirva para preparar el corazón.  Puede ser un encuentro catequístico o en la misa previa al domingo de Ramos. Porque lo que se propone es realizar y concretar acciones para vivir este tiempo.

OBJETIVOS:
Ø  Preparar el Corazón para la Pascua.
Ø  Que los chicos comiencen el camino de salir de sí mismos y llegar a los demás y sus necesidades.
Ø  Que se sientan responsables de la alegría de los demás.
Ø  Que descubran que Jesucristo, que habita en ellos desde su Pascua, hará su obra si se lo permiten contagiando su amor.

CONTENIDOS:
Ø  Juan 13, 33-35
Ø  Mateo 25, Relato del Juicio.
Ø  Amor al Prójimo

RECURSOS:
  • Cuento
  • Siluetas de espejos de mano de cartón o fibrofácil.

CUENTO: Rompiendo espejos:

Esta es la historia de  Luna, una nena  que veía mucha, pero mucha televisión. No cualquier programa, ella miraba esos programas llenos de adolescentes hermosos, con ropas muy llamativas, con cabellos re-producidos, en los que todos cantan y bailan. Y, obviamente quería ser igual, los ratos que no estaba ante la tele se la pasaba ante el espejo, bailando, peinándose, posando. Se sacaba mil fotos y se las mandaba a sus amigas por facebook.
Su hermano Ariel, no dejaba de cargarla y de burlarse. Sin embargo, él hacía algo parecido con sus ídolos de futbol, se compraba la misma camiseta, se cortaba el pelo de la misma manera, era todo un 10 del Barcelona.
Una noche, que se quedaron en casa de su abuelo, porque los papás tenían que salir, les pasó algo increíble.  Ellos sabían que en el altillo de la casa había un cuarto que nunca se abría. El abuelo decía que era porque el techo estaba agujereado, o porque estaba todo revuelto, pero ellos pensaban que allí había algo misterioso. Aburridísimos, porque el abuelo no tenía ni tele ni compu y muy curiosos, los chicos descubrieron el llavero de la casa y cuando el abuelo se quedó dormido en el sillón escuchando la radio, subieron al cuarto. ¿Qué había allí? Sólo espejos, en realidad marcos de espejos, espejos rotos. Si bien no era nada de temer, no se puede negar que era extraño, había espejos de todos los tamaños. Se quedaron largo rato mirando, sin entender nada, hasta que….se dieron cuenta que el abuelo estaba parado justamente detrás de ellos.
Pusieron cara de susto mezclada con culpa y cachetes colorados de vergüenza.
- Descubrieron mi secreto – dijo el abuelo con una sonrisa. Y entonces les contó que cuando él era muy joven era físicoculturista y vivía mirándose al espejo y sacando músculos y paseándose por todos lados con su físico perfecto que era la envidia de todos los muchachos del barrio y el galán de todas las chicas. Y fue así que conoció a su abuela, la única chica que no le llevaba el apunte y directamente no lo aguantaba. No era la chica más linda, sin embargo todos querían estar con ella. Tenía algo especial en sus ojos algo  que no tenía ninguna otra, como si….como si se le viera el corazón por sus pupilas.
Eso lo enamoró y decidió perseguirla hasta conquistarla. Pensó en hacerle un regalo, algo hermoso, que la impacte. Entonces le regaló un espejo de mano, con el marco dorado lleno de piedritas brillantes, era hermoso, parecía una joya.
Pero terrible fue su sorpresa el día que se lo regaló. La había invitado a la plaza, se había puesto sus mejores ropas y perfumes, y no fue más que dárselo y ocurrió que cuando ella abrió el regalo, finísimamente envuelto, sonrió e inmediatamente rompió el cristal contra el banco de la plaza, volvió a sonreír y luego dijo –así está mejor, faltaba terminarlo-
-Yo me quedé perplejo – dijo el abuelo- pero ella ese día me enseñó que los espejos rotos no muestra tu imagen, porque la imagen propia molesta, aburre, y no te deja ver lo realmente importante. En cambio, si el espejo está roto,  por ellos podés ver lo que Jesús mira, la cara de todas las personas, sus dolores y sus necesidades, sus deseos, sus alegrías. Y entonces, cada mañana cuando te levantás para ir al colegio y te mirás al espejo para peinarte y arreglarte, también vas a poder  mirar a los demás para arreglarlos y hermosearlos y que no es tan difícil, porque Jesús, que vive en cada corazón desde el Bautismo, te ayuda siempre. Sólo se necesita estar siempre dispuesto a dejarse contagiar por Él. Entonces, desde ese momento cada año, le regalaba un espejo roto y aprendí con ella a contagiarme de Jesús, leyendo el Evangelio, yendo juntos a misa, rezando, y así  entonces, aprendí a  usar los espejos, para servir a los demás y también para descubrir la mirada que Jesús tiene para mí en los ojos de los otros.
Desde ese día, en Luna y Ariel cambió algo, tal vez su mirada, tal vez su manera de mirar por los espejos rotos que su abuelo les regaló, tal vez era que sus ojos mostraban su corazón, tal vez eran más hermosos, porque podían verse en ellos a Jesús.                     
Mónica Gómez

Ø  Este cuento se lo podemos contar o dejar que ellos lo lean grupo y luego lo comenten.
Ø  Luego lo comentamos entre todos

ILUMINA LA PALABRA:
Buscamos las palabras que pudo leer la abuela de Ana y Ariel para decidir romper los espejos.  Juan 13, 33-35 Mateo 25, 31-46

RESPUESTA DE FE Y COMPROMISO:
La respuesta de fe va a ir en dos direcciones:
1. Buscamos cómo contagiarnos el amor de Jesús para mirar como Él mira,
2. Hacemos un plan entre todos para MISIONAR,  esto sería ir a mirar lo que Jesús mira  para ayudarlos en sus necesidades y llevarles el amor que Jesús nos contagia.  Pensamos acciones concretas, para:
a- mi familia
b- mis amigos y mis compañeros
c- mis maestros
d- los vecinos del barrio:

EJEMPLOS DE ACCIONES CONCRETAS
1-       PARA QUE JESÚS NOS CONTAGIE SU AMOR VAMOS A ESTAR LO MÁS CERCA POSIBLE:
Ø  Rezando cada mañana: SEÑAL DE LA CRUZ -  JESÚS CONTAGIAME TU AMOR (Podemos entregarles una botellita con agua bendita para que, recordando su bautismo, se hagan la Señal de la Cruz con ella cada día, como para contar con algo físico a la hora de pensar en contagiarnos).
Ø  Tomándonos un ratito de silencio para ver si escuchamos los latidos de Jesús dentro de nuestro corazón.
Ø  Yendo a misa y recibiendo a Jesús Eucaristía (los chicos que ya tomaron la comunión)

2-PARA MIRAR A LOS DEMÁS COMO JESÚS MIRA Y CONTAGIARLES SU AMOR:
Ø  Podemos hacer, con los chicos, cada uno su propio marco de espejo de la forma que quieran. Este elemento lo vamos a usar para mirar a los otros, buscarlos, ver sus necesidades y tratar de ponerlos mejor.
Ø  También podríamos hacerlo pequeño como para colgárnoslo del cuello y así tenerlo siempre a mano en la cuaresma para mirar con un solo ojo.
Ø  Vamos a trabajar en tres planos: LA FAMILIA-EL COLEGIO-EL BARRIO
Ø  La familia y el colegio será algo personal, y el barrio comunitario
Ø  Tenemos qué ver qué andan necesitando en casa: puede ser paz, alegría, que hagamos caso, que no hagamos renegar, que ayudemos, que enseñemos a rezar….(los chicos tiene que establecer las necesidades)
Ø  En el colegio, miraremos al compañero que está más solo, al que todos cargan, al que le falta algo que podamos compartir (RECORDEMOS LO DE MADRE TERESA “DAR HASTA QUE DUELA”)
Ø  En el barrio, salir por las casas llevando los programas de la Semana Santa y mirar bien para detectar necesidades, así como los horarios de los cartoneros, o de trapitos, o de otra gente que vive en la calle
Ø  Llevarles un ramito de olivo para que hagan bendecir el Domingo de Ramos
Ø  Entregarles cartoncitos para que pongan intenciones para llevar a la misa.
Ø  Pensar acciones concretas posibles para ayudar según lo que vieron y trabajaron en comunidad (colectas)
Ø  Armar un Blog con los catequistas y animadores para mensajearse y alentar e invitar a ayudar a todos los contactos.
  
CELEBRACIÓN
Llevaremos a los chicos al Sagrario para pedirle al Sagrado Corazón de Jesús que nos contagie su amor.(Podemos llevar una imagen para besar, ya que besando nos contagiamos.) Luego, tendremos preparados los espejos de mano para pedirle al Señor que ponga en ellos su mirada y así proponernos mirar lo que Él mira, el rostro de las personas, en la Cuaresma, para llegar a ver rostros iluminados en la Pascua.

ATENCIÓN: Este encuentro será el hilo conductor de la Semana Santa y puede ser el fundamento para todo el año desde la identificación con Jesús, la misión y la caridad, haciendo con los chicos proyectos para encarar los tres tipos de miserias de la que nos habla el papa Francisco, que encontramos en la gente y en nosotros, de acuerdo a sus posibilidades de comprensión.

Revista Pascua 2014: Jesús, contagianos tu amor


Es muy probable que al decir o leer contagianos,  la primera relación sea con la enfermedad y por lo tanto con el alejamiento físico e incluso psíquico que esta situación produce en nosotros para evitar un mal determinado.
Pero, como nuestro cardenal Mario Aurelio Poli les aclaró a los jóvenes hace unas semanas atrás, podemos contagiarnos, por ejemplo, la alegría,. Generalicemos que podemos contagiarnos del bien. De lo que es bueno. De lo que es bello. Y, obviamente, es esta la relación elegida para este tiempo de Cuaresma- Pascua que comenzamos a vivir.
Antes de meternos en el subsidio los invito a pensar en las sensaciones positivas que se producen al compartir unos minutos con alguien que tiene una risa contagiosa. O al compartir unos segundos con aquellos que contagian tranquilidad en su actuar o en sus palabras y consejos. Quizás, también, momentos compartidos con personas que aún con poco o con nada contagian esperanza… Y recordemos que así como solemos decir “no se puede dar, lo que no se posee”, tampoco podremos contagiar lo que no tenemos o lo que nos falta.
Por eso, y ante el pedido especial de nuestro Francisco para esta cuaresma, le pedimos a Jesús, como paso en imprescindible en este itinerario anual “Jesús,  contagianos tu amor”  Porque no podemos compartir lo que no tenemos. Solamente con el amor de Cristo ardiendo en nuestros corazones podremos mirar con su mirada, construir,  servir y acariciar con sus manos sanadoras, asistir con pies urgentes a quienes lo necesiten y pensar en planes, proyectos, ideas fecundas que devuelvan o les recuerden la dignidad de hijos de Dios y de amigos de Jesús que todos los hombres tenemos. “No los llamo servidores- nos dice el Señor-, los llamo amigos”.
Puedo tener el saber. Puedo tener el dinero o el poder pero “sin amor, no soy nada”. Solo el amor nos guía al corazón de quienes tenemos al lado o, incluso a aquellos que están en la vereda de enfrente. Solo el amor nos salva. Solo el amor nos acerca al verdadero rostro de Dios.
Por eso en estas semanas invitamos a todos los adultos que estamos llamados a anunciar el mensaje de amor de Cristo, a hacer dos etapas del camino necesario para que Jesús pueda darse a conocer, especialmente, a los niños y a sus familias, con quienes compartimos semanalmente nuestra fe. Primeramente rezar, mirar, rumiar, buscar y pedir la gracia del Señor de volver a contagiarnos de SU amor. Y, en segundo lugar, poder contagiar a los chicos, y a los adultos que los acompañan, la bondad del Amor de Dios para que quieran contagiarse ellos de ese gran amor que se nos entrega.
Sabemos que, la que proponemos, no es una tarea fácil. Pero también sabemos que nosotros poco debemos hacer porque es el Señor quien nos ama primero y nos ama incondicionalmente. Solamente abramos nuestro corazón y nuestras manos para ser canales de su infinito amor.

Que el amor de Cristo Resucitado nos contagie a todos, especialmente en esta Pascua, y reine en nuestros corazones. Que así sea.