jueves, 23 de abril de 2015

Revista de Pentecostés: Propuesta misionera Consagrados 2015 - Junio

Junio

María Crescencia Perez




Fiesta: 20 de Mayo

María Crescencia Pérez (san Martín, 17 de agosto de 1897 – Vallenar, 20 de Mayo de 1932), más conocida como Crescencia Pérez y cuyo nombre secular era María Angélica Pérez, fue una monja argentina perteneciente a la Congregación del Noviciado de las Hermanas del Huerto.

El 31 de diciembre de 1915 ingresó en el Noviciado de las Hermanas del Huerto en Buenos Aires y toma los hábitos el 2 de septiembre de 1918. Durante sus primeros años como hermana, se dedica a la enseñanza de labores y catequesis en la Escuela Taller adjunto a la Casa Provincial y en el Colegio del Huerto de Buenos Aires.
En 1925 se traslada a Mar del Plata para atender a los enfermos, se contagió de una enfermedad pulmonar y sus superioras la trasladan a Vallenar (Chile); llega en 1928, sin embargo, su enfermedad se agravó y la trasladan por tres meses a Freirina donde finalmente en un hospital de Vallenar, falleció el 20 de mayo de 1932 con 35 años de edad.

El Papa Benedicto XVI tomó como milagro la curación de una enferma de hepatitis internada en el Hospital Italiano de Buenos Aires en 1995, pactando de este modo su beatificación el 19 de diciembre de 2011 desde su Sede del Vaticano.

La ceremonia se llevó a cabo el 17 de noviembre de 2012 en Pergamino, provincia de Buenos Aires, lugar donde vivió gran parte de su infancia y adolescencia. El cardenal Angelo Amato, de la Congregación para las Causas de los Santos, actuó como delegado pontificio y viajó hasta Argentina donde presidió la ceremonia de beatificación.

Finalizada la ceremonia, Crescencia Pérez se convirtió en otra beata argentina, entre los que ya se encuentran: Nazaria Ignacia March Mesa, María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas), María Ludovica De Angelis, Ceferino, el cura Brochero, Artémides Zatti, Laura Vicuña.

¿Y si nos animamos?

María Crescencia dedicó su vida a Dios y lo que más quería era que todos pudieran conocerlo, y lo hizo a través de la catequesis. Nunca se cansó de anunciar el amor de Dios y de contarle a todo el mundo la alegría que sentía por tener a Jesús en el corazón.
¿Podremos hacer como María Crescencia? ¿Y si salimos y les contamos a todos que nosotros tenemos la misma alegría?
¡¡¡Vamos!!! ¡¡¡Dios nos da fuerza y nos anima!!! ¡¡¡Vamos a contagiar a todos la felicidad de sentirse cerca de Dios!!!

Oración


Padre de Jesús y nuestro que por tu Divino Espíritu haces florecer la santidad en la Iglesia, te damos gracias por tu sierva
desde hoy Beata María Crescencia quien te amó con sencillez.
Te rogamos que la glorifiques. Concédenos, por su intermedio, la gracia
(…………………………………………………) que, con humildad, te imploramos para que su ejemplo e intercesión sirvan a
la extensión de tu Reino y a la multiplicación de las vocaciones a la vida consagrada..
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

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