lunes, 23 de noviembre de 2015

El rostro de la misericordia es Jesús


Para conocer y abrirnos a la misericordia de Dios necesitamos poner nuestra mirada y el corazón en la persona de Jesucristo. “La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. (MV 8, a)



Queremos celebrar con el corazón bien dispuesto!!

¡El Año de la Misericordia!
El Año de la misericordia fue convocado por el Papa Francisco para celebrar el amor que Dios nos tiene y comprometernos a vivir misericordiosamente con nuestros hermanos.
¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios!  (MV 5)
 El lema del Año de la Misericordia: Misericordiosos como el Padre” (MV 14c), tomado del Evangelio de San Lucas 6,36, propone vivir la misericordia siguiendo el ejemplo de Jesús que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida (cfr. Lc 6,37-38).

Bula de convocatoria “Misericordiae vultus”
La Bula o Carta presentada por el Papa Francisco para la celebración de un Año Santo de la Misericordia es la principal referencia pastoral para dar sentido a este Jubileo.
Pero…
                 ¿Cuándo comienza el Año Santo? El Año de la Misericordia comienza el 8 de Diciembre con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en Roma.
En la Arquidiócesis de Buenos Aires nos uniremos, a esta apertura de la Puerta Santa, en la fiesta de la Virgen Inmaculada el día 8 de Diciembre. La persona y el ejemplo de la Virgen María nos ayudan a recibir y vivir la misericordia con corazón de discípulos misioneros.
El domingo siguiente (III de Adviento) se realizará la apertura de la Puerta Santa en la Catedral de Buenos Aires y se abrirán las puertas de las Iglesias Jubilares, para obtener en ellas el don de la Indulgencia Plenaria.

¿Para qué la Puerta Santa?Para que, a través de ella, cualquiera que entre pueda experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza”. (MV 3, b). El paso por la Puerta Santa expresa el deseo de encontrarse con la misericordia de Dios Padre.

¿Qué es vivir la Indulgencia? Vivir entonces la indulgencia en el Año Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente. Indulgencia es experimentar la santidad de la Iglesia que participa a todos de los beneficios de la redención de Cristo, para que el perdón sea extendido hasta las extremas consecuencias a la cual llega el amor de Dios. Vivamos intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la dispensación de su indulgencia misericordiosa.” (MV 22). En los templos elegidos como Iglesias Jubilares se puede obtener la Indulgencia Plenaria.

¿Cuáles son las Obras de Misericordia? Las obras de misericordia corporales son: Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y las obras de misericordia espirituales son: Dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que se equivoca, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a  Dios por los vivos y por los difuntos. El papa Francisco nos pide: “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales.” (MV 15, b).


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