CAMINO DE ADVIENTO 2021- Segundo Domingo de Adviento
CAMINO DE ADVIENTO
Este año les proponemos algo distinto, una Corona de Adviento diferente. Una corona que no es corona, sí, así como lo leen. A la Corona tradicional, le vamos a dar forma de CAMINO. ¿Por qué forma de camino? ¡Ya lo verán… en internet podemos encontrar varios modelos como muestran las imágenes o lo que es mejor…a usar la imaginación!
¿POR QUÉ EN FORMA DE CAMINO?
El Papa Francisco abrió un nuevo sínodo que, a diferencia de todos los anteriores, está abierto a todos los fieles. No sólo cardenales, obispos y sacerdotes, sino que todos los bautizados podemos participar y caminar juntos, porque eso es lo que significa el término “SÍNODO”: “CAMINAR JUNTOS”
“Caminamos juntos en el único Pueblo de Dios, para hacer experiencia de una Iglesia que recibe y vive el don de la unidad, y que se abre a la voz del Espíritu. Dios no habita en lugares asépticos y tranquilos, lejos de la realidad, sino que camina a nuestro lado y nos alcanza allí donde estemos, en las rutas a veces ásperas de la vida” nos dice el Papa.
El Papa Francisco nos invita a ser Iglesia de la cercanía, de la compasión, de la ternura y misionera. Una Iglesia que no se separa de la vida, sino que se hace cargo de las fragilidades y las pobrezas de nuestro tiempo, curando las heridas y sanando los corazones quebrantados con el bálsamo de Dios. Una Iglesia abierta al Espíritu.
Por eso en este Adviento, queremos comenzar a hacer camino y encarnar el estilo de Dios, que camina en la historia y comparte las vicisitudes de la humanidad.
Les proponemos que cada semana al encender la vela de este CAMINO DE ADVIENTO, recemos en especial para ser Iglesia de la cercanía, de la compasión, de la ternura y misionera
SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO
El segundo domingo de adviento, encendemos la 2da vela y realizarnos la siguiente oración.
2º
Domingo:
Jesús, en esta 2ª semana de Adviento, queremos pedirte que nos des un
corazón como el tuyo para ser compasivos y ayudar a los que
sufren. Que no seamos indiferentes y nunca pasemos de largo ante el dolor
de los demás. Danos fuerzas, Jesús, para vivir ayudando a todos, para que en el
mundo todos puedan sentir tu amor. Amén.
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