Falta
poco tiempo para festejar la Navidad: ¡Jesús Nace!
Seguramente
es tema de nuestras conversaciones: qué
regalos haremos este año, en qué lugar pasaremos la Nochebuena, qué
comida prepararemos, etc.
En Navidad
recordamos y vivimos que Dios se hace cercano
a cada uno de nosotros. A lo largo de la historia Dios siempre se mostró
cercano a su pueblo. Dios lo ha buscado, lo ha guiado, lo ha acompañado en
diferentes momentos, lo ha consolado, y nos ha prometido que siempre estará
cerca.
En
Navidad la cercanía de Dios se expresa en esa imagen tan tierna y tan frágil de
Jesús, María y José en un establo. El
Niño Jesús es el rostro del Dios cercano que viene a manifestarnos su amor, su
misericordia, su bondad, su paz.
¿Cómo
recibirlo? Abriendo nuestro corazón al Niño Jesús que viene y expresando
nuestra gratitud y adoración. Dejándonos abrazar el alma por la alegría de este
Dios cercano y cariñoso. Dios viene pacíficamente para transformamos desde el
interior de nuestra existencia.
La
cercanía de Dios en Navidad nos ofrece una nueva oportunidad para superar
situaciones o acontecimientos que a lo largo del año o de la vida nos
impidieron vivir con alegría.
La
cercanía de Dios nos ofrece la oportunidad de cambiar, de amar, renueva nuestra
esperanza.
Preparemos
nuestro corazón para la Navidad con acciones humanas concretas: perdonemos y
pidamos perdón, acariciemos nuestros propios límites y los de los demás,
abramos nuestras manos y seamos solidarios con los más pobres y abandonados,
abracemos y asumamos nuestra realidad con virtudes y defectos, consolemos al
que está triste o agobiado, visitemos al que está solo o enfermo.
Que en
este tiempo de preparación para la Navidad podamos desplegar y contagiar la
cercanía y ternura del Niño Jesús.
Gracias a todos los animadores, catequistas, delegados,
dirigentes por lo compartido durante este 2017.
Navidad ¡Nace Jesús!
Equipo Vicaría para Niños
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